Un respiro para Milosevic
Si los occidentales consiguen finalmente doblegar a Slobodan Milosevic sin tener que recurrir a la fuerza, mejor. Una intervención militar jamás se lleva a cabo sin ruptura (...). El acuerdo obtenido con Milosevic en relación a la retirada de las fuerzas de seguridad y el regreso de los desplazados a sus hogares será controlado por un grupo de civiles de la OSCE en el que participará Rusia y la OTAN se ahorrará una intervención militar terrestre. (...) No se ha hecho público ningún aspecto sobre la amplitud de las concesiones que el presidente yugoslavo se dispondría a hacer. ¿Qué fuerzas se le exige que retire? ¿Se trata simplemente de volver al grado de opresión y represión anterior a la sublevación del mes de marzo o se trata de algo más?(...) ¿Qué presión se supone que hay que mantener para asegurar que las negociaciones que van a abrirse, y que prometen ser laboriosas, se cumplirán de buena fe por parte serbia? (...) La amenaza de recurrir a la fuerza da resultado desde el momento en que ésta es creíble. No convendría que, durante estos últimos cuatro días concedidos por la OTAN para la negociación, esta credibilidad se perdiera. De estos últimos tratos es Milosevic y no la OTAN quien debe salir debilitado. Él debe aparecer ante el pueblo serbio como el perdedor (...) y no como el "propiciador de la paz" que la comunidad internacional consideró tras la guerra de Bosnia. El descrédito que supondría para él en su país sería el mejor modo de evitar una reincidencia. Es lo que ahora está en juego., 14 de octubre
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