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"Ya puedes ir quitándote la ferretería"

"Los alumnos deberán venir al centro convenientemente vestidos y aseados. No están permitidas las siguientes prendas: bañadores, minishorts, tops, minifaldas elásticas". "No está permitido arrojar al suelo desperdicios, papeles, pipas, etc". Estas dos normas extraídas de un decálogo de convivencia se redactaron hace ahora tres años. Fueron los propios alumnos los que incluyeron las prendas que consideraron convenientes. En el instituto no se había dado ningún caso en el que, ajustándose a la norma, tuviera cabida una sanción. Hasta hoy todo ha funcionado correctamente y no ha habido una sola protesta. El decálogo fue elaborado en el Instituto Carlos Haya de Sevilla y aprobado por unanimidad en el Consejo Escolar del centro. Su directora, Julia García Moreno, explica la imposición de estas reglas de conducta: "Aunque no se habían dado casos de este tipo, quisimos regularlo porque se consideró que algunas prendas no eran adecuadas para ir a clase. Pasa lo mismo con las pipas o los chicles. Tenemos muy poco personal y los chicos colaboran con la limpieza. No ha pasado nada". Pero en el Instituto Fernando de Herrera sí ha pasado algo. Una tormenta informativa sorprendió a los alumnos la pasada semana, después de que el Sindicato de Estudiantes denunciara el nuevo reglamento interno del centro, que incluía normas de indumentaria parecidas a las del Carlos Haya de donde se tomó el ejemplo. La normativa del Herrera dice exactamente: está expresamente prohibido comer pipas y arrojar al suelo papeles. La directora, Alicia Muñiz matiza esta prohibición. No es que no se coman pipas es que hay que respetar unas mínimas normas, cuando van al teatro tampoco pueden hacerlo y menos tirar las cáscaras al suelo". Pero lo que ha levantado la polémica ha sido lo de la indumentaria: "Los alumnos deberán presentarse bien aseados y vestidos de forma correcta, no se permiten vestimentas inadecuadas, ni, en concreto, prendas rotas, bañadores, minishorts, tops, minifaldas elásticas, o similares". "Hay tops que son sujetadores y minifaldas que son bragas, pero los alumnos que llevan eso son casos excepcionales. Esto es un instituto normal. Nuestra tarea como educadores es que vengan correctamente vestidos. Por lo demás, lo que se ha dicho de los pendientes es mentira, mi hija tiene tres en una oreja y dos en otra y tampoco nadie ha prohibido que las parejas se cojan de la mano en el recreo", explica Muñiz. Los alumnos se agolpan en el patio para exponer sus razones: "Nos imponen una manera de vestir que atenta contra los derechos de los estudiantes. Eso debería ser en los colegios privados", dice una alumna. Otra se queja de los años que ha pasado bajo el régimen férreo de un colegio de monjas y ahora que podía vestirse como quisiera... "Dicen que te educan bien y lo que hacen es educarte en la intolerancia", añade otra. A Carlos Blanco, que luce una hilera de argollas en la oreja el profesor de latín le dijo a comienzos del curso que tendría que quitarse la ferretería este año. No lo hizo. "Luego el profesor vio que había más gente con pendientes y ya no me dice nada. Dicen que es porque da mala imagen pero no les puede molestar. No creo que les deslumbre el brillo". Otra medida por la que protestan los chicos del Herrera es porque no pueden salir a la calle en el recreo. Las puertas se cierran a cal y canto. "Lo hacemos porque este año tenemos en el centro a chicos de 12 años y las medidas de seguridad deben aumentarse. Da miedo que salgan y haya algún accidente con la carretera. Las responsabilidades son del profesorado", razona la directora. El apoyo a la medida le ha llegado a Muñiz por parte de los padres, y "con felicitaciones de centros de toda España", que llamaron cuando el caso salió en televisión. Ana Pérez de Azpillaga, presidenta de la APA del instituto dice que la medida sólo se ha puesto por escrito, pero ya se cumplía. Algunos padres opinan que hay medidas ridículas pero que en general no está mal la normativa. "Pueden ir vestidos como quieran pero decorosamente. Se trata de ir correcto y los adultos sabemos de eso. En el centro son menores y los responsables somos los padres", sentenció la Pérez de Azpillaga. Da la casualidad de que la voz de los alumnos también votó a favor en su momento. Uno de los representantes de los estudiantes en el Consejo Escolar cuando se aprobó la norma en septiembre, Miguel Ángel Zara, opina que "estos últimos años se ven tendencias en la moda del piercing o de la ropa rota que es muy poco apropiada. Las minifaldas elásticas serán para las discotecas y los bañadores para la playa pero no para llamar la atención de los compañeros. Hay que ir limpio y digno, aquí se ha visto de todo". Zara ya no está estudiando es este colegio y por tanto, no es representante de los alumnos.

Sin entrar en detalles

En Málaga no han sorprendido las restricciones del Fernando de Herrera a pesar de que ni la Delegación de Educación ni los sindicatos de enseñanza, tienen noticias de un instituto en la provincia donde la normativa sea tan específica. La reglamentación de organización y funcionamiento de los centros públicos en Málaga es genérica y se limita a exigir una conducta y una presencia "adecuadas". "Todo lo que sea favorecer la disciplina y la seriedad en los institutos me parece bien", dice Francisco Montes, director del Cánovas del Castillo. Y apela a la autonomía de los consejos escolares, en los que están representados padres, profesores y alumnos, a la hora de determinar el reglamento que rige cada centro". Tampoco son tan explícitos en Nuestra Señora de la Victoria, donde la normativa "apela al sentido común" en estas cuestiones. "De lo contrario la casuística podría ser muy prolífica", asegura Jesús Cuesta, director del centro, quien considera que entrar en detalles "es un tanto resbaladizo". La razón: "Si nos ponemos a ello, ¿por qué permitir minifaldas de un cierto largo y prohibir las de unos centímetros menos?", informa A. L. Escudero. El presidente de la Federación de Padres de Alumnos de Colegios Públicos Juan Ramón Jiménez, de Huelva, Domingo Martín, asegura que "todo aquello que atente contra el decoro y las buenas formas en un centro de trabajo hay que cuidarlo". Por su parte Agustín Gómez Santos, director del Instituto Alonso Sánchez de Huelva un centro de normativa flexible aseguró que "no está en el espíritu del propio centro llegar a esos extremos", informó F. Arnaiz. Los reglamentos internos de los institutos de Granada, informa F. J. Titos, no imponen a los alumnos restricciones tan drásticas como las acordadas en el instituto de Sevilla. Así se desprende de las respuestas dadas por los directores de varios centros (Padre Manjón, Angel Ganivet, Padre Suárez, Hermanos Maristas y Cartuja) y sindicatos. Los institutos granadinos se limitan a pedir a sus alumnos una indumentaria limpia y correcta, "entendiendo por incorrecta ir a clase en bañador", señala Antonio Martínez, director del Padre Suárez. Los directores granadinos, en general, no ven con buenos ojos las medidas adoptadas por el Herrera.

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