"Es una trampa decir que aceptar la autodeterminación es votar por la paz"
Juega con su cocker negro en la sede bilbaína de Gesto por la Paz, grupo del que Ana Rosa Gómez Moral (Orduña, 1964) es coordinadora, mientras se apresta a comenzar otra lluviosa jornada de trabajo.Pregunta. ¿Tiene precio la paz?
Respuesta. Tal vez no debería tenerlo. La prueba de ello es que el ejercicio de la violencia, al final, es una cuestión de voluntad de quien la ejerce, que lo mismo que elige ejercerla puede elegir no hacerlo, como ahora. La paz no debería tener precio; otra cosa es que no seamos capaces de conseguirla así y ahora haya un precio para la paz, cosa que está por ver.
P. ¿Qué influencia ha tenido en el alto el fuego la respuesta de la sociedad en los últimos meses contra la violencia?
R. La movilización ciudadana de los últimos meses no la veo aislada, sino como una progresión. Esa movilización y el hecho de que la sociedad dé la espalda a alguien que dice estar luchando por lo que ellos llaman pueblo ha sido el factor fundamental. Quizá ahora no se esté valorando mucho; como es un momento de soluciones políticas y técnicas, igual está solapado, pero cuando se analice históricamente se verá que la negativa de la sociedad ha sido fundamental.
P. ¿Qué reflexión hace Gesto por la Paz sobre la nueva situación que se ha abierto y su influencia en la campaña?
R. Se respira alivio, pero con precaución. Siempre hemos dicho que la ausencia de violencia no era ya la paz. Creemos que el que la situación se tranquilice lo más posible es lo mejor para decidir y, de hecho, el que estas elecciones se estén convirtiendo en algo más de lo que son, sin que explícitamente se presente qué es ese algo más, tal vez sea una cierta trampa. Para nosotros, lo ideal es que todo sea lo más normal posible, y si se presentaran los proyectos claramente, mucho mejor, para que la gente sepa lo que está votando y no nos estén haciendo trampa.
P. ¿De qué trampa habla?
R. El día 25 votamos la composición del Parlamento, nada más. Ni el derecho de autodeterminación ni nada de nada. Que no se engañe a la gente, que no se haga ver a la gente que aceptar el derecho de autodeterminación es votar por la paz, porque es también una trampa. Hay que separar los dos conflictos, el político y el de la paz.
P. ¿Qué marco poselectoral sería más positivo para la paz: predominio de las fuerzas nacionalistas o de las que no lo son?
R. Ninguno de los dos. Eso también tiene trampa, porque para la pacificación quizá fuese bueno aquello que más desease ETA, pero puede no ser lo que más deseemos los demás. Desde luego, con la tregua se está ejerciendo violencia también, porque la amenaza de volver es una manera de condicionarnos. El voto lo más libre posible y sin pensar en ETA, ni en su tregua ni su amenaza de volver, es el que será mejor para este país.
P. ¿Más nacionalismo contribuiría a la pacificación?
R. No tiene por qué ser así. ¿Es posible que más nacionalismo pueda ser mejor para alargar la tregua y que ese alargamiento provoque que luego sea más difícil volver? Pues sí, pero estar votando por la tregua o porque ETA deje de matar, al final, es un consenso artificial.
P. ¿Cuál es ahora su tarea prioritaria?
R. Hay una importante labor que hacer. La ausencia de violencia no significa paz; y una cultura de violencia durante tanto tiempo, y hay generaciones enteras que han vivido con ella, deja secuelas graves. Para nosotros, ahora el trabajo prioritario es el reconocimiento social de las víctimas. La educación para la paz es fundamental; sobre todo, la recuperación de los jóvenes que están en la violencia callejera ,y el trabajo por los derechos de los presos.
P. ¿Y cuál ha de ser el trabajo de las instituciones?
R. Si las instituciones son nuestros representantes deberían dar ejemplo de poder abordar las cosas tranquilamente. Queremos que se recupere el consenso como una forma de mayor calidad democrática que la mera mayoría. A Gesto, por ejemplo, siempre se le ha achacado la lentitud en la toma de decisiones, ésa es la parte mala; pero la parte buena es que siempre todas las decisiones se han tomado con consenso.
P. Ustedes tienen trato directo con las víctimas del terrorismo. ¿Qué actitud ven en ellas tras la tregua?
R. Mantenemos reuniones con ellas para sondearlas. A las víctimas tampoco las veo como un bloque monolítico. Algunas ya han tenido un reconocimiento social. Hay otras que viven aquí y depende de si han recibido apoyo o no. En cualquier caso, las víctimas siempre han dicho que un nuevo atentado suponía revivir su drama. Tienen una actitud de esperanza.
P. Elkarri o Bakea Orain han firmado la Declaración de Lizarra. Ustedes no. R. En la Declaración de Lizarra hay partidos políticos y nosotros nunca hemos hecho nada con los partidos. Además, propone soluciones políticas que sobrepasan nuestro ámbito de actuación. La Declaración de Lizarra no aporta nada nuevo que no se hubiera dicho ya antes; por ejemplo, en el plan de paz elaborado por Ardanza.
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