La Generalitat carece de planes para potenciar las energías renovables
A fin de paliar el cambio climático, el Libro Blanco para una estrategia y un plan de acción comunitarios de la UE establece que en el año 2010 las energías renovables tendrán que duplicar su importancia en el sector para situarse en el 12% de la producción energética. De cumplirse el objetivo, se crearían 1.750.000 puestos de trabajo en toda Europa. Sin embargo, la Generalitat carece de planes para potenciar decididamente el sector. Así lo ha expuesto CC OO durante las jornadas sobre Energías renovables y cambio climático celebradas la semana pasada en Valencia.
La creación de puestos de trabajo en el sector de la producción de energía eléctrica a base de molinos de viento, que ahora empiezan a despegar en la Comunidad Valenciana, es hasta cinco veces mayor a la de otras energías, como la nuclear o la térmica. Según un informe del Wordwach Institute, que cada año elabora un diagnóstico mundial sobre la salud de la naturaleza en todos los países del mundo, por cada 1.000 gigavatios hora producidos mediante las instalaciones de energía eólica se crean 542 empleos directos, mientras que la energía nuclear sólo genera 100 puestos de trabajo, la geotérmica 112 y el carbón 116. La solar térmica se quedaría a mitad de camino, con 248 empleos. Fernando Rodrigo, uno de los responsables medioambientales del sindicato, lo tiene claro: "Las energías renovables no sólo son más limpias, también son más solidarias pues crean más puestos de trabajo". Así lo estima la UE, que alertada por la ahora certeza del cambio climático (recalentamiento del planeta causado por la emisión a la atmósfera de gases con efecto invernadero) quiere potenciar las energías limpias. En el caso de conseguirse los objetivos del Libro blanco, es decir, duplicar la imporancia de las renovables en el sector energético, la producción de biogas (luego convertible en energía) supondría un millón de puestos de trabajo en los países de la Unión Europea, la energía eólica 300.000 empleos, la solar térmica 250.000 y la fotovoltaica otros 200.000. Por debajo de otros países Sin embargo, España apenas se ha dado por aludida. Ahora sólo se producen 800 megavatios mediante tecnologías limpias y, sólo gracias a las iniciativa privada, hay proyectos que elevarán esta cifra en el 2005 hasta los 7.000 megavatios. Las cifras cantan. Cristina Domingo, de Acció Ecologista-Agró, explicó que, con condiciones de iluminación semejantes a las de otros países, España sólo cuenta con seis metros cuadrados de células fotovoltaicas por cada 1.000 habitantes, mientras que Portugal tiene 28, Grecia 150 y Chipre casi tiene cien veces más: 500. La Comunidad Valenciana presenta los mismos exiguos seis metros cuadrados. En cuanto a la generación de biogas, los recursos valencianos están también muy desaprovechados. Dos datos: las podas agrícolas, sobre todo en el sector citrícola, producen un millón de toneladas anuales de residuos agrícolas. Ahora simplemente se queman en el campo, desperdiciando así su potencial energético. Igual pasa con las 100.000 toneladas anuales de paja de arroz, que tienen un mismo destino. Ante esta situación, y dada la "pasividad" del Consell, los sindicatos CC OO y UGT y los ecologistas de Acció Ecologista-Agró han reclamado a la administración autonómica que elabore un plan para el desarrollo de la electricidad limpia y que cree el Instituto Valenciano de las Energías Renovables. Entre las posibilidades futuras, la energía eólica es la que se perfila como la más inmediata, o al menos así lo indica la aparición de proyectos para la instalación en todo el Estado de parques destinados al aprovechamiento del viento como generador de energía. También en la Comunidad Valenciana se han elegido enclaves como las sierras del Cid, Onil y Reconco como futuras ubicaciones de parques eólicos, lo que ha generado polémica por el posible impacto ambiental que puede suponer su construcción. Actualmente hay dos proyectos iniciados y otros dos en preparación. La empresa Aciloe (un grupo de empresarios de Buñol) promueve con 5.000 millones la construcción de 100 molinos (50 megavatios) en La Hoya de Buñol. UIPICSA, fililal de Iberdrola, construye otro parque en Ayora por 3.000. Otra empresa, Eólicas de Levante, planea la construcción de dos parques: en Petrer y en Biar.
Un verdadero mapa eólico
La Coordinadora Ecologista del Sud del País Valencià exige al Consell que elabore un plan para la ordenación de los recursos eólicos de la Comunidad Valenciana. Los ecologistas consideran que las llamadas "energías alternativas" -aquellas, como la solar o la eólica, que son de carácter renovable y suponen un bajo impacto ambiental- son fundamentales para reducir la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Precisamente el calificativo de "alternativas" es el que marca la necesidad de promocionarlas, puesto que sólo si propician la desaparición de energías contaminantes, como la nuclear o la térmica, tendrá sentido desarrollarlas. La Coordinadora propone que, antes de redactar el plan, se elabore un mapa de recursos eólicos en la Comunidad Valenciana que busque los mejores emplazamientos para los parques. En este sentido, demandan que se den a conocer los resultados de los trabajos de medición que la Consejería de Industria asegura haber realizado junto a la filial de Iberdrola UIPICSA entre 1996 y 1997, pero cuyos datos no han trascendido hasta el momento. Incluso se duda de la existencia de este mapa eólico. De hecho, este diario ha intentado, sin éxito, a lo largo del último año conocer los resultados del mapa anunciado por Industria. Y los ecologistas han denunciado que no existe, sino que sólo se recogieron datos de unos puntos aislados. El Plan de Ordenación que propugna la Coordinadora tendría como objetivo fundamental garantizar la compatibilidad del desarrollo de la energía eólica con la conservación de los espacios naturales y la protección de los valores culturales y sociales. Por ello, consideran que el plan debe declarar como no aptos los parques proyectados en espacios naturales protegidos o en trámite de protección. Asimismo, el documento debería establecer unas medidas que minimicen el impacto ambiental, entre las que citan el enterramiento de las líneas eléctricas, que sólo se construyan las pistas imprescindibles y que exista la obligación de desmantelar el parque una vez haya quedado fuera de uso. Finalmente, la Coordinadora demanda que el plan sea producto del consenso hallado en una comisión que, integrada por la administración, asociaciones ecologistas y otras entidades cívicas, se encargue de su redacción.
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