Tregua en la lucha de los vecinos de Sant Martí por la cobertura de la Gran Via

Las cinco asociaciones de vecinos del distrito de Sant Martí que exigen la cobertura de la Gran Via a partir de la plaza de las Glòries se comprometen a interrumpir un mes y medio las movilizaciones que tienen convocadas a cambio de que el Ayuntamiento de Barcelona asuma la elaboración del anteproyecto de la obra si en el plazo de un mes la Generalitat no toma cartas en el asunto. Esta tregua en las movilizaciones fue pactada por los vecinos con el teniente de alcalde de Urbanismo, el socialista Xavier Casas, y con el concejal del distrito, Francesc Narváez, en la reunión que celebraron el pasado viernes. Las entidades vecinales de Sant Martí de Provençals, La Pau, Gran Via, La Palmera y Perú-Paraguay están dispuestas a salir a la calle para cortar la Gran Via y las rondas con el fin de conseguir que la autopista A-19 deje de ser, junto con la vía férrea, una nueva modalidad de muralla en la ciudad de Barcelona. La estrategia vecinal persigue, además, que el Gobierno catalán asuma a su vez compromisos en la cobertura de este tramo. Para ello han solicitado entrevistarse con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y con el consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Pere Macias. Agravio comparativo El portavoz de los vecinos, Manuel Martínez, calificó de "aberración" el hecho de que se mantenga descubierta "a estas alturas" una vía rápida que atraviesa una zona fuertemente poblada, con las molestias que esto comporta. En la última reunión con los representantes municipales, a la que también asistió el concejal de Iniciativa per Catalunya-Els Verds Pep Puig, acordaron crear una comisión de seguimiento de la propuesta en la que estarán representados el Ayuntamiento y las asociaciones vecinales. Martínez declaró que la espoleta que ha activado la campaña de protesta en el barrio tiene que ver con las obras en marcha para cubrir el cinturón en General Mitre y Carlos III: "Nos sentimos agraviados porque mientras en otras zonas de la ciudad se acometen obras de gran envergadura, nosotros no pensamos cruzarnos de brazos esperando que nos toque el turno". El agravio comparativo fue también uno de los argumentos más utilizados el pasado martes en una asamblea en la que participaron 300 vecinos.