Un médico británico, acusado de matar ancianas y quedarse con la herencia
Ya han comenzado a llamarle Doctor Muerte y, si se comprueban las acusaciones contra ese barbudo médico cincuentón de Manchester, seguramente le añadirán el calificativo de rico. Harold Shipman -que hace dos meses fue acusado de matar a una anciana paciente y de cambiar su testamento para reclamar él una herencia de 300.000 libras esterlinas (unos 70 millones de pesetas)- acaba de ser informado de que existen fundadas sospechas de que ha asesinado a otras tres mujeres el último año. Acongojado, Shipman lagrimeó y meneó la cabeza sin decir palabra cuando un juez de Ashton-under-Lyne le acusó el pasado miércoles de las muertes de Joan Melia, una empleada postal de 73 años, de Winfred Mellor, una enfermera jubilada, también de 73 años, y de Bianca Pomfret, de 49. Los cadáveres de las tres mujeres, todas de Hyde, han sido exhumados como parte de una amplia investigación para esclarecer la muerte de 28 pacientes que acudían al pequeño consultorio de Shipman.Shipman fue arrestado en junio tras morir Kathleen Grundy, una acaudalada viuda de 81 años y ex alcaldesa de Hyde, cuyos descendientes quedaron sorprendidos de que no les hubiera dejado un centavo. La acusación dice que Shipman falsificó el testamento en beneficio propio.
El médico debe reaparecer ante el tribunal el próximo martes. La policía pronostica una larga investigación, pero el caso ya ha capturado la imaginación popular en un país comprensiblemente fascinado por crímenes misteriosos y proezas detectivescas. De los tabloides, el caso ya ha pasado a dominar titulares en diarios serios y las complicaciones de la investigación prometen mantener en vilo a los británicos.
El detective Bernard Postles, que dirige las pesquisas, declaró: "Va a ser una investigación larga y difícil". Su primer paso ha sido formar un equipo de especialistas para consolar a los familiares de las difuntas, según dijo en un parco comunicado que leyó mientras Shipman era trasladado de regreso a su celda. Según versiones periodísticas, Postles podría trasladar su investigación a Malta, donde está sepultada otra de sus ex pacientes cuya muerte no ha sido esclarecida.
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