El presidente de la Duma pide un referéndum para echar a Yeltsin

Guennadi Selezniov, presidente de la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso), un comunista que ejerce su cargo y su militancia con tanta ambigüedad como pragmatismo, se apoyó ayer en el grito de batalla de los manifestantes del miércoles ("¡Fuera Yeltsin!") para pedir al líder del Kremlin, único que puede hacerlo, que convoque un referéndum sobre su continuidad en el poder. Para que no haya dudas de sus intenciones se declaró él mismo dispuesto a ser el candidato de un embrionario bloque de centro-izquierda a tomar el relevo. Gobierno y convocantes discutían ayer sobre el resultado de la protesta nacional del miércoles, con valoraciones que oscilaban entre fracaso absoluto y éxito total, y con cifras tan dispares como poco más de 600.000 manifestantes y más de 25 millones de participantes en actos callejeros y en 40.000 centros de trabajo de casi 1.000 ciudades. A la vista de lo que ocurrió en Moscú y de las informaciones llegadas de todo el país puede aventurarse que la protesta fue más numerosa que la del pasado abril o la de marzo de 1997, pero no tuvo la dimensión suficiente como para servir de plataforma para derribar a Yeltsin.Pero el presidente, que ayer reiteró que no se irá antes de tiempo, se halla, con huelgas o sin ellas, en el momento más delicado de sus siete años de mandato. Y eso hace brotar como hongos los candidatos a ocupar su sillón en el Kremlin. Selezniov se sube a un carro ya en marcha: una eventual coalición de centro-izquierda en la que la izquierda estaría representada por el partido comunista y sus aliados y el centro procedería del impulsor de la idea, el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, que admite que estaría dispuesto a tomar las riendas.

El presidente de la Duma asegura que sería más comprensible que Luzhkov encabezase una coalición de centro-derecha, ya que está tan lejos del centro-izquierda como él de ser Papa. Pero las fronteras ideológicas son muy difusas hoy en Rusia. Al propio Selezniov le sería difícil aprobar un examen de ortodoxia comunista, a juzgar por su actuación al frente de la Duma.