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Condenado a 19 años un empresario que mató a su mujer a cuchilladas

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 19 años de prisión a Miguel Ambrós, un empresario textil que asesinó a cuchilladas a su compañera sentimental y al que una juez dejó en libertad bajo fianza de un millón de pesetas por considerar que el crimen era un hecho aislado que no generaba alarma social. El hombre nunca llegó a salir en libertad porque no pagó el dinero. Esta pena es la mayor que ha impuesto un jurado popular en Barcelona, pero el magistrado que presidió el juicio no ha acordado la medida complementaria solicitada por la acusación particular para impedir que Ambrós pueda volver a Barcelona y L"Hospitalet durante cinco años. En la primera ciudad se cometió el crimen y en la segunda residen los familiares de la víctima, pero el juez no considera procedente imponer esta medida por la larga pena de prisión impuesta y porque los familiares de la víctima residen en núcleos de gran población. La puesta en libertad bajo fianza del acusado generó en su día una fuerte polémica, puesto que el hombre se ensañó con su compañera con un cuchillo de grandes dimensiones, intentó hacer creer que él fue víctima de un ataque de la mujer, huyó tras el crimen y nunca ha mostrado su arrepentimiento, como señala la sentencia. Relación deteriorada Cuando ocurrieron los hechos, el 26 de febrero de 1997, Miguel Ambrós, de 50 años y empresario textil, llevaba cuatro años conviviendo con la víctima, María Teresa Macías Pazos, de 30, y con una hija de ésta. En esas fechas la relación entre ambos se había deteriorado hasta el punto de que la mujer le había comunicado su intención de romper las relaciones. Según la sentencia, el 26 de febrero Ambrós recriminó a su compañera que siguiese viendo a su ex marido, por lo que inició una acalorada discusión, durante la cual el condenado fue a la cocina y cogió un cuchillo. En virtud del unánime veredicto de culpabilidad del jurado popular del caso, el magistrado sentencia que Ambrós, con ánimo de acabar con la vida de su compañera, estando indefensa y por sorpresa, le asestó un primer corte en el cuello y luego "le clavó el cuchillo en el pecho con tal fuerza que le atravesó el esternón y el pulmón", y posteriormente volvió a apuñalar a la víctima. Ambrós puso a continuación el cuchillo en una mano de la mujer para hacer creer que había sido la víctima quien le había atacado, salió de la casa e hizo una llamada desde su teléfono móvil a la policía para comunicar que se había cometido un crimen. La sentencia agrega que el empresario permaneció huido hasta que fue detenido por la policía el 18 de marzo de 1997, cuando volvía al domicilio de su primera mujer, en Molins de Rei. Durante el juicio, para justificar el crimen el empresario alegó legítima defensa y que su compañera era "difícil, violenta y agresiva".

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