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Unió acusa a CDC de bloquear la confección de sus listas municipales

Las fricciones en el seno de la coalición nacionalista CiU se suceden como las cuentas de un rosario inexorable. La dirección de Unió, el socio menor de la alianza, acusó una vez más ayer a Convergència de nombrar unilateralmente a los candidatos de la coalición para las elecciones municipales de 1999. El líder de Unió, Josep Antoni Duran, culpó a Convergència del bloqueo de las negociaciones entre ambos partidos y advirtió que los democristianos no consentirán que esta situación se eternice. El secretario general convergente, Pere Esteve, replicó de inmediato que Duran miente cuando habla de bloqueo.

El conflicto por la confección de las candidaturas municipales es ya todo un clásico en las filas de CiU. Los respectivos intereses, compromisos y ambiciones de ambos aliados chocan elección tras elección a la hora de confeccionar las listas en muchos municipios. Las discrepancias sobre los comicios locales previstos para junio de 1999 ya salieron a la luz el pasado mes de julio. No obstante, la pugna entre Unió y Convergència por otra candidatura -la autonómica, en la que Duran pretendió sin éxito figurar como número dos de Jordi Pujol-, eclipsó temporalmente aquella discusión. Hasta ayer, cuando el comité de gobierno de Unió constató, en palabras de Duran, que las negociaciones entre los dos partidos están bloqueadas a causa de la "persistencia de Convergència en seguir proclamando de forma unilateral candidatos a alcalde". Duran emplazó a Convergència a negociar de inmediato una salida al bloqueo de la confección de candidaturas. "El proceso de negociación debe tener un límite", advirtió el líder democristiano. "Unió no aceptará de ningún modo mantener abierta la negociación hasta un mes antes de las elecciones", concluyó previniendo a sus aliados contra la tentación de recurrir a la táctica de los hechos consumados. Candidaturas separadas La dirección democristiana evaluó incluso qué respuestas podría dar a una eventual ruptura de las negociaciones, según fuentes del comité de gobierno de Unió. Sobre la mesa, ninguna posible reacción fue descartada, ni siquiera la remota posibilidad de concurrir a las elecciones locales por separado de Convergència, y no sólo en los municipios en los que haya desacuerdo, como ya ha sucedido en elecciones anteriores, sino en todos. Unió calcula que en las últimas elecciones dispuso del 9% del total de alcaldables de CiU, un porcentaje muy inferior al contractual 25% que representa el socio democristiano en la coalición. Fuentes de la dirección de Unió señalaron que no aspiran a un incremento de esa magnitud, pero sí a conseguir un aumento de cabeceras de listas respecto de 1995. Este propósito, según las mismas fuentes, es rechazado contundentemente por Convergència, que no acepta el más mínimo incremento de la proporción de alcaldables democristianos. Así, por ejemplo, CDC sólo consiente ceder la cabeza de lista a UDC si ésta renuncia a la de Tremp o a la de Les Borges Blanques. El convergente Pere Esteve declaró a Europa Press que "no es cierto" que la negociación esté bloqueada. "No entiendo por qué Duran dice cosas que no son ciertas", reiteró antes de hacer votos por la paz interna de la coalición.

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