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Protesta festiva y sobre ruedas

La Fiesta de la Bicicleta se convirtió ayer, en su XX edición, en una protesta sobre ruedas. Los ciclistas aprovecharon para reivindicar el uso de la bicicleta frente al coche en la ciudad. Los concentrados denunciaron que los madrileños abusan del coche en la ciudad mientras el Ayuntamiento se olvida de las bicicletas. Unos 15.000 ciclistas disfrutaron de la única ocasión que tienen al año para pedalear por la ciudad sin preocuparse de si el coche de delante gira sin poner el intermitente o de si un conductor temerario se los lleva por delante. Disfrutaron sobre un circuito urbano de 21 kilómetros.

A pesar de que el consistorio anunció el pasado viernes que el alcalde, José María Álvarez del Manzano, acudiría a dar el pistoletazo de salida a la prueba de ayer, fue el cuarto teniente de alcalde, Juan Antonio Gómez-Angulo, del PP, el encargado de hacerlo. Le escoltó el edil de Sanidad, Simón Viñals. Gómez-Angulo declaró que la fiesta era una "mini-experiencia" similar a la que celebran otras ciudades europeas como París, donde a lo largo de todo un día, estuvo prohibido el tráfico motorizado por el centro de la ciudad y se permitió a los ciclistas circular a sus anchas.

Pero los madrileños nunca han dispuesto de semejante oportunidad. Uno de ellos, malhumorado, espetó ayer a las autoridades municipales a su paso por el palco: "Por fin, hoy, voy a pasar por donde me dé la gana".

La prueba fue organizada a iniciativa privada. La Cope lleva 20 años con este empeño. En el discurso de presentación de la prueba, el periodista Ángel del Río ya dejó entrever lo peligroso de pedalear por Madrid: "A las doce se acaba la carrera. Si hay alguien [algún ciclista] que todavía está a esas horas en el circuito de la prueba, que se suba a la acera".

Vicente Martínez, de 36 años, hizo un alto en su pedaleo para destacar su protesta: "Como la fiesta de la bicicleta es sólo una vez al año, el alcalde se desentiende de los ciclistas madrileños".

"Debería haber un carril bici que cruce Madrid de norte a sur y otro que lo haga de este a oeste", añadió. David Bejar, de 15 años, y su padre, lamentaron el que no pudieran ir al colegio ni al trabajo en bicicleta porque "es demasiado peligroso con tanto tráfico", coincidieron.

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Los ecologistas de Aedenat lanzaron una batería de críticas contra la política de tráfico que desarrolla el consistorio y solicitaron al equipo de gobierno que cumpla con las recomendaciones de la Comisión y el Parlamento europeos: "El PP incumple reiteradamente la Carta Europea de los Derechos del Peatón, aprobada por el Parlamento Europeo en 1988 y por el Ayuntamiento en 1990 y en 1995", señalan. Esta carta insta a poner a disposición de los ciudadanos "carriles en las calles de uso exclusivo para peatones o usuarios de bicicletas". Añade que "el ayuntamiento debe garantizar la seguridad de esos carriles". Los ecologistas insisten en que "la bici es la mejor alternativa al transporte en la ciudad y detendría el grave deterioro ambiental". El alcalde sigue sordo a estas reclamaciones.

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