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CINE

El genial director japonés Naruse, en la Filmoteca

Después de haber sido uno de los platos fuertes del reciente Festival de Cine de San Sebastián, este mes la Filmoteca Española exhibirá en sus salas del cine Doré una amplia retrospectiva del tan excelente como desconocido director japonés Mikio Naruse. En copias nuevas, en versión original subtitulada, se proyectarán 40 de las casi 90 películas que rodó a lo largo de 37 años de carrera.A pesar de ser uno de los grandes del cine japonés, junto a Kenji Mizoguchi, Yasujiro Ozu y Akira Kurosawa, ninguna de las películas de Naruse se estrenó en España y muy pocas en el resto de Europa. Por eso, esta cuidada restrospectiva es una perfecta ocasión para ver la obra de uno de los grandes genios desconocidos de la historia del cine. Además se ha editado un atractivo y cuidado libro, profusamente ilustrado, con textos de los críticos japoneses Shigehiko Hasumi y Sadao Yamame y de directores y teóricos europeos. Nacido en el seno de una humilde familia, Mikio Naruse (Tokio, 1905-1969) estudió mecánica en una escuela de formación profesional hasta que a los 15 años empezó a trabajar en el departamento de decoración de los estudios Shochiku. Después de ser ayudante de dirección de los olvidados Yoshinobu Ikeda y Heinosuke Gosho, en 1930 comenzó a dirigir cortometrajes.

El primer largometraje mudo de Naruse es Primavera apolillada (1932); el primer largo sonoro, Tres hermanas de corazón puro (1935), y sus primeros éxitos, ¡Esposa, sé como una rosa! (1935) y La chica en boca de todos (1935). Durante la IIGuerra Mundial decreció su ritmo de trabajo, pero no dejó de rodar, sobre todo películas de ambiente teatral, como Cómicos ambulantes (1940) y El arte del drama (1944).

En los años cincuenta, el cine japonés vivió una de sus etapas doradas y Naruse dirigió sus obras maestras: El almuerzo (1951), Madre (1952), La voz de la montaña (1954), Nubes flotantes (1955), Nubes de verano (1958). Trabajó casi hasta su temprana muerte, a los 64 años, y en la década de los sesenta también hizo las excelentes Crónica de una trotamundos (1962) y Nubes dispersas (1967), su última película, siempre en torno a obstinados personajes corrientes y concediendo una especial importancia a los femeninos.

Filmoteca Española. Santa Isabel, 3; metro Antón Martín (consultar cartelera). Entrada: 225 pesetas; abono de 10 sesiones: 1.700.

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