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La oposición reprocha a Pujol que se ampare en el debate autonómico para no rendir cuentas

La oposición rechazó ayer seguir el camino trazado la víspera por Jordi Pujol y no entró al trapo de la discusión sobre si el modelo autonómico está agotado o no. El socialista Joaquim Nadal le dijo sin tapujos a Pujol que la reclamación de "más poder y más soberanía" formulada por Pujol "suena ahora a maniobra táctica" a rebufo de la tregua de ETA y a truco electoral. El conservador Josep Curto, portavoz del Partido Popular (PP), le dijo que no intente "pescar en río revuelto". El debate derivó hacia el modelo de gestión de Pujol, que la izquierda considera agotado. Rafael Ribó, de Iniciativa per Catalunya (IC), y Nadal insistieron en que "ha llegado la hora del cambio" tras los 18 años seguidos de presidencia de Pujol.

La segunda jornada del debate parlamentario sobre la acción del Gobierno de la Generalitat estuvo marcada por la decidida voluntad de la oposición de poner a Pujol ante los problemas de la cotidianidad. Pujol no rehuyó este campo, pero siempre que pudo llevó la discusión al plano general español. En unos casos para recordar a los socialistas, en respuesta a Nadal, que cuando gobernaban se negaron a traspasar a la Generalitat servicios y competencias que se han obtenido con el Gobierno del PP. "Se han quedado por debajo de la derecha española", les dijo. Remachó el clavo reprochándoles que ahora mismo el PSOE se opone al traspaso de la becas universitarias ya acordado con el Gobierno de Aznar. En otros casos, en respuesta a Curto, Pujol reiteró que la reclamación de más "poder político y más poder económico" no admite demora. Y en especial la negociación de una nueva financiación. Curto le pidió que no vincule las reivindicaciones de los nacionalistas catalanes a la situación vasca. "Cataluña no entra, ni conviene que entre, en un proceso constituyente", argumentó el portavoz del PP. "Es la tregua de ETA la que se ha interferido, no nuestras demandas, que ya estaban formuladas", respondió Pujol a estos temores. El presidente subrayó, sin embargo, que la revisión del sistema de financiación autonómica deberá iniciarse en el año 2000 y que el lehendakari en funciones, José Antonio Ardanza, "también habla del año 2000 como el momento de la negociación política sobre el problema vasco". Ante esta coincidencia, señaló Pujol, "procuraremos hacerlo de manera no perturbadora, pero no podemos renunciar a nuestros planteamientos". Los grupos de la oposición rivalizaron en la crítica al elevado nivel de endeudamiento acumulado por la Generalitat, que alcanza los dos billones de pesetas. Recordaron desastres como los incendios de este verano y pusieron sobre la mesa el descontento por la forma como se aplica la reforma educativa y por el elevado nivel de paro juvenil, entre otros. Hasta los independentistas de Esquerra Republicana, obviamente proclives al discurso soberanista, recriminaron al presidente catalán que intentara refugiarse en ese tema para eludir rendir cuentas de la gestión de su Gobierno ante el Parlament. El líder de ERC, Josep Lluís Carod, dijo que el nuevo horizonte de las reclamaciones nacionalistas no es más que el "certificado de defunción" de la política de CiU en los últimos años y la constatación de que Cataluña "necesita un cambio". El socialista Joaquim Nadal recordó que muy cerca de "las suntuosas columnas" del Teatre Nacional "duermen bajo los puentes los nuevos niños de la calle", los magrebíes de los que nadie se hace cargo. Con este tono, Nadal concluyó que Pujol deja "una mala herencia" y que se ha convertido "en el obstáculo para el futuro de Cataluña".PASA A LA PÁGINA 3

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