Los concejales del PA se niegan a organizar actos en el Alfonso XIII

El futuro inmediato del hotel Alfonso XIII está en manos de una madrileña de Chamberí y una almeriense que estudió Derecho en Sevilla. Dolores Menéndez, del PP, delegada de Patrimonio en el Ayuntamiento de Sevilla, y María del Mar Calderón, del PA, responsable de Turismo, han recibido el encargo de estudiar un plan de futuro. Las cifras aconsejan no rescindir el contrato con Sheraton. Calderón, abogada de profesión, sugiere la fórmula del contrato de management para este hotel-bandera.

Las delegaciones municipales de Sevilla que están en manos del Partido Andalucista -Cultura, Deporte, Turismo y Participación Ciudadana- no organizarán actos de ningún tipo en el hotel Alfonso XIII mientras no se produzcan cambios en la gestión del mismo. "Sin desmerecer a nadie", dice María del Mar Calderón, responsable del área de Turismo y secretaria provincial del PA, "en Sevilla el sector turístico tiene magníficos profesionales como para tener que buscarlos allende los mares. No sólo es extranjero el director; también lo son el subdirector, el responsable de mantenimiento, el jefe de cocina, el director comercial y hasta algunos electricistas del hotel. Serán buenos profesionales, pero no entran en el alma de la ciudad, y eso es lo que el Ayuntamiento quiere que conserve el hotel: el alma de la ciudad". Calderón enumeró una serie de deficiencias que se han detectado en el actual funcionamiento del hotel Alfonso XIII: el comedor permanece cerrado, se han producido casi 200 despidos, la conservación de este edificio de arquitectura regionalista no es la más idónea. "A este hotel venían jefes de estado, personajes de relieve cultural, reyes de Arabia. Hoy miras el libro de registro y con todos los respetos para los que eligen el hotel, eso ya no pasa. El Alfonso XIII no responde a lo que era ni a lo que debe ser". La delegada de Turismo niega que el director del hotel, Héctor Salanova, los echara a ella y a Alberto Jiménez-Becerril, como denunció en un pleno el portavoz socialista Carmelo Gómez. "No nos echó, simplemente no nos escuchó. No quería reconocer el derecho a la huelga de los trabajadores, quiso servir una cena con esquiroles. No estábamos dispuestos a que le pegara una patada a la Constitución". Un informe jurídico estima en más de mil millones el coste que le podría suponer a las arcas municipales la rescisión del contrato con Sheraton, una cantidad "prohibitiva" según Dolores Menéndez, delegada municipal de Patrimonio. Salanova, director del hotel, se reiteró en su mutismo. "Mi compañía hará un comunicado. No se enojen. Cuando me autoricen a hablar, le diré hasta mi grupo sanguíneo", dijo ayer.