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La oposición espera que Pujol explique la orientación que seguirá tras la tregua de ETA

Enric Company

El Parlament abre hoy el debate de política general que deberá fijar las orientaciones para el último curso de la legislatura autonómica, pero que adquirirá un inevitable cariz preelectoral ante la expectativa del adelanto de las elecciones. Los partidos de la oposición quieren que Jordi Pujol explique cómo pretende que actúe el Gobierno catalán en la nueva situación abierta por la tregua de ETA. El presidente anunció ayer que no piensa orillar esta cuestión, sobre la que se han producido tomas de posición contradictorias por parte de su Gobierno en los últimos días.

Pujol lleva ya varios meses situando sus perspectivas de actuación para el plazo de los próximos 10 años. Fuentes próximas al presidente indicaron que éste será también el enfoque de su intervención de hoy, con la que se se abrirá el debate. No obstante, precisaron que "incorporará las novedades de las últimas semanas con la pretensión de dejar bien sentado que no practica el doble lenguaje". Los portavoces de la oposición le responderán en la sesión de mañana. El socialista Joaquim Nadal expresó ayer su convicción de que Pujol "se presentará con un programa para los próximos 10 años" y un discurso lleno de optimismo. Sin embargo, añadió, el propio Pujol ha introducido la idea de que habrá adelanto electoral; "por lo tanto, no se sabe si este debate es sólo para los tres últimos meses de su Gobierno o para la campaña electoral". De todas formas, Nadal dijo que Pujol debe aclarar la posición del Gobierno de CiU tras la tregua de ETA. Debe decir, opinó, si quiere relacionar la situación vasca y la catalana, "como dijo ayer, o no quiere relacionarlas, como dijo anteayer". Las idas y venidas en torno a esta cuestión provocaron ayer una dura advertencia del presidente del Partido Popular (PP) en Cataluña, Alberto Fernández Díaz. Tras una reunión del grupo parlamentario del PP dedicada a preparar el debate, Fernández adelantó que su portavoz, el diputado Josep Curto, denunciará en él "la radicalización" de CiU puesta de manifiesto a su juicio con la firma de la Declaración de Barcelona con los nacionalistas vascos del PNV y el Bloque Nacionalista Galego (BNG). El "giro radical" de CiU pone en dificultades, advirtió, el apoyo que el PP le presta en el Parlament, en el que los 17 diputados conservadores han sido durante esta legislatura la garantía de la estabilidad del Gobierno de Pujol. Por esta razón, la intervención de Curto se dirigirá a "denunciar los excesos nacionalistas" y a subrayar que, entretanto, CiU ha llevado las finanzas de la Generalitat "al colapso". El Gobierno de Pujol necesita todavía el apoyo del PP para aprobar el presupuesto de la Generalitat para 1999. También el presidente de Iniciativa per Catalunya (IC), Rafael Ribó, adelantó ayer que Pujol debe fijar hoy en el Parlament cuál es la posición oficial del Gobierno catalán tras la tregua de ETA. "Estoy oyendo declaraciones contradictorias por parte del presidente de la Generalitat y no sé si remitirme al Jordi Pujol normal o al voluntariamente desmadrado", dijo. Ribó precisó que "el objetivo número uno después de la tregua de ETA debe ser la paz y no las reclamaciones de más autogobierno". El grupo de Esquerra Republicana (ERC) enfoca este debate como la última oportunidad de esta legislatura para llevar a cabo lo que sus portavoces definen como "un balance de 20 años de pujolismo". Aunque los independentistas hacen una valoración negativa de este balance, han coincidido en los últimos días con los dirigentes de CiU que se han declarado partidarios de aprovechar la tregua de ETA para reclamar cotas de soberanía para Cataluña.

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