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La filial de uno de los grandes bancos de Japón entra en quiebra con un pasivo de 1,3 billones

Japan Leasing, filial del banco japonés en dificultades Long-Term Credit Bank of Japan (LTCB), efectuará hoy una declaración de quiebra, con un pasivo de al menos 9.500 millones de dólares (1,3 billones de pesetas). Se trata de la mayor catástrofe financiera en Japón desde la Segunda Guerra Mundial. La noticia, difundida ayer por la agencia de noticias Jiji Press y por la cadena de televisión pública NHK, se produce prácticamente al mismo tiempo en que el Gobierno y la oposición alcanzaban un acuerdo sobre el método para sanear el sistema financiero del archipiélago.

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Los impagados siguen multiplicándose

La Japan Leasing, sociedad especializada en servicios financieros, se pondrá hoy bajo la protección de la ley japonesa de quiebras, según se informó ayer. El montante del pasivo no se ha precisado aún, pero cálculos anteriores lo sitúan en 1,3 billones de yenes (9.500 millones de dólares, 1,3 billones de pesetas). La agencia de noticias Reuters situaba ayer esta cifra en los 2,2 billones de pesetas.Se trata de la mayor debacle financiera de la reciente historia de Japón, que sucede a la de otros grandes bancos del país. La quiebra de la filial del Long-Term Credit Bank of Japan (LTCB), uno de los bancos que atraviesan dificultades, se produce días después de que el Gobierno de Japón decidiera impedir a la sociedad matriz el reconocimiento de créditos por valor de 520.000 millones de yenes otorgados por Japan Leasing y por otras dos sociedades financieras del mismo grupo.

La operación planteada a las autoridades económicas de Japón debería, en los planes del LTCB, sanear sus sociedades filiales. En conjunto, los créditos fallidos alcanzan los 2,7 billones de pesetas. En contrapartida, el banco matriz esperaba contar con la ayuda de las autoridades económicas para conseguir su recapitalización.

El secretario general del Gobierno japonés, Hiromu Nonaka, afirmó el pasado viernes durante una conferencia de prensa celebrada en Tokio, que "calificar los créditos asumidos de Japan Leasing y de otras filiales como dudosos y pretender que se les inyecten fondos o se les preste ayuda para aprovisionarlos, no es una opción válida para nosotros". Esta operación "no contará jamás con el compromiso del sector público", añadió.

Un accionista estadounidense de LTCB, Martin Whitman, emprendió a principios de este mes de septiembre acciones legales contra el plan de LTCB, ante la justicia de EEUU, por entender que se trataba de un "regalo" injustificable hacia los accionistas de las tres sociedades filiales.

Esfuerzos de saneamiento

El futuro del LTCB está en el centro de los esfuerzos de saneamiento del sector bancario en Japón. Una intervención temporal de este gran banco, antes de devolverlo al sector privado, está contemplada dentro del plan de saneamiento del sector financiero nipón que el Gobierno y la oposición terminaron de negociar en la madrugada de hoy (hora local)."Hemos conseguido un acuerdo de compromiso sobre todos los puntos principales en los que había problemas", declaró Yushi Tsushima, uno de los responsables del Partido Liberal Demócrata (PDL), en el Gobierno, según cita la agencia Jiji.

El plan de salvación del sector bancario japonés se ha convertido en uno de los ejes fundamentales para salvar a la economía japonesa que atraviesa uno de los momento más delicados de las últimas décadas.

Todo el sector financiero internacional está reclamando una solución porque la crisis asiática que estalló hace un año se ha recredecido con los problemas nipones. En la reciente entrevista entre el Presidente del Gobierno de Japón, Keizo Obuchi, y el presidente de EE UU, Bill Clinton, este fue el problema que ocupó la mayor parte del encuentro.

No es la primera vez que las autoridades de Japón afrontan un problema de esta envergadura cuando el acuerdo político existe. El 2 de julio el Gobierno japonés presentaba un plan para solucionar la crisis de impagados. Entonces se decidió que el Estado examinaría los créditos morosos e intervendría los bancos cuya solvencia no alcanzara los niveles de solvencia exigidos por las autoridades internacionales.

Pero si la situación bancaria japonesa se ensombrece cada día no le va a la zaga el crecimiento económico. Los servicios económicos del Gobierno japonés consideran que el Producto Interior Bruto (PIB) del archipiélago se situará entre el 1,6% y el 1,8% durante el actual año fiscal, que termina en marzo, según el diario económico Nihon Keizai Shimbun. Este pesimismo de la Agenciade Planificación Económica (EPA) se explica por la degradación del consumo doméstico y de las inversiones.

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