Peatones
He contado alguna vez, y no han querido creerme por más que yo lo aseguro bajo palabra de honor, que en 1949 me pusieron una multa por no llevar chaqueta cuando iba andando por la Puerta del Sol. Para pasearse por Madrid hacía falta entonces una cierta compostura. Y era muy frecuente que te cobraran un duro de multa si cruzabas una calle fuera del paso de peatones, aunque no pasara en ese momento ningún coche.Las sanciones a peatones habían pasado a la historia, pero, con el principio del nuevo curso municipal, veo que han vuelto a imponerse. El Ayuntamiento piensa contribuir a la solución del caótico tráfico de Madrid multando a las personas que corran o den saltos por la calle, aunque estén haciendo footing para mejorar su forma física o quieran expresar su alegría por haberles tocado la lotería. Le costará mil duros al que lo haga, y la misma cantidad tendrá que pagar quien espere al autobús fuera de la marquesina, por más que esté abarrotada de gente.
Para los técnicos municipales, parece más perjudicial para el buen orden del tráfico urbano el hecho de que unos críos vayan patinando por la calle que dejar que inmensos camiones ocupen toda la calzada para repartir mercancías a todas las horas del día; o bien creen contribuir más a la tranquilidad de los vecinos prohibiendo ir en carro -cosa muy común en la capital de un país ex agrícola- que mejorar la flota de camiones de basura para que no despierten a la gente a las tres de la madrugada.
Yo creo que, para que el Ayuntamiento pueda aplicar estas sanciones, tendría que estudiar ponerles a los peatones en la espalda una matrícula. De esta manera podrían ser identificados por los guardias cuando fueran dando saltos o patinando, que es lo que hace la mayoría de los madrileños. También sería utilísimo dotar a los peatones de intermitentes, para evitar que el que va detrás choque con el de delante cuando éste dobla una esquina o sale de un portal sin avisar. Y a quien no cumpla, ¡otros mil duros!
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