Aznar afirma que la paz en Euskadi es posible dentro de la Constitución
El presidente del Gobierno promete generosidad y apuesta por el consenso democrático
El jefe del Gobierno, José María Aznar, desveló ayer en San Sebastián su estrategia para afrontar el nuevo escenario político creado tras la tregua de ETA. En un mitin celebrado en el Frontón Anoeta de la capital vasca, prometió generosidad si la tregua de ETA se afianza y advirtió a los nacionalistas que "la paz es posible dentro de la Constitución". Aznar aventuró que el proceso será largo. "La paz no se mide por horas", dijo, y adelantó que será el consenso de los partidos democráticos el que lleve las riendas del proceso por la paz. "Apuesto por el diálogo y la responsabilidad compartida".
Aznar aprovechó el primer mitin de la precampaña electoral vasca ante la militancia de su partido en la provincia que más ha padecido el embate terrorista para exponer su plan de actuación ante la tregua de ETA. Entre el público que llenaba el recinto se encontraban numerosos concejales del PP y las viudas de las últimas víctimas del terrorismo, como la del último asesinado por ETA, Manuel Zamarreño. Fue también su primera comparecencia pública tras el inicio, el pasado lunes, de la ronda de conversaciones que ha protagonizado con los partidos democráticos.Aznar, en un mensaje claramente dirigido a los presos de ETA, prometió generosidad si el cese de las armas de la banda es definitivo. "Hace no mucho tiempo hablé de generosidad porque es una palabra que no me quema la boca y que es patrimonio de los que no vivimos instalados en el rencor". Pero también aclaró que el Gobierno dará los pasos de generosidad dentro de la ley. "Al hablar de generosidad no olvido que un Estado de Derecho tiene principios, leyes y políticas de paz, de una paz real, inequívoca y sin sombras".
También se dirigió a las familias de las víctimas del terrorismo allí presentes para reconocerles que la tregua de ETA ha sido posible gracias a su sufrimiento y a las movilizaciones sociales contra el terrorismo. "Ningún sufrimiento, ninguna movilización se ha perdido en la rutina. Los que han intentado que doblásemos las rodillas por la coacción o la muerte han fracasado. Ha sido una victoria cívica de la razón frente a la tiranía".
Aznar apuntó que su Gobierno y los partidos democráticos diseñan un proceso largo y en dos fases. La primera fase abordará el proceso de paz propiamente dicho y servirá también para que ETA acredite el fin de la violencia. "Ahora lo que toca es la paz. Sólo la paz y nada más que la paz. Construir la paz es lo más importante. Es la tarea que tenemos ahora", dijo. Aznar no quiso en este punto adelantar la estrategia del Gobierno y el bloque de partidos democráticos sobre el posible acercamiento de presos o en un futuro la concesión de indultos que está abordando en la ronda de conversaciones.
Aznar no quiso poner fecha a esta parte del proceso, pero aventuró que será largo. En una referencia a quienes han criticado al Gobierno por falta de iniciativa ante la tregua de ETA, especialmente Julio Anguita, recordó que ya la había tomado al abrir la ronda de conversaciones y al intentar buscar el consenso entre los partidos democráticos para ofrecer una respuesta ante el nuevo escenario. "La paz no se mide por horas", señaló, y apuntó que el logro de una respuesta consensuada requiere tiempo.
Oportunidad histórica
Aznar también desveló que pretende aprovechar esta "oportunidad histórica" para buscar una paz sólida. "Se habla muy poco de los cimientos sobre los que debe construirse la paz. Los planos para algunos no existen", dijo en alusión a los partidos nacionalistas.Tras aclarar que en la fase actual sólo se van a abordar los problemas inmediatos de la paz, no descartó que en un futuro se aborden cuestiones políticas. Pero también adelantó sus criterios sobre esta segunda parte del proceso. "La paz cabe dentro de la Constitución y del Estatuto", dijo en un claro mensaje a los nacionalistas en el que no faltó una alusión a que los "derechos históricos" que reivindican están recogidos en la Carta Magna.
En este sentido, Aznar fue muy explícito al reclamar directamente a los nacionalistas que "clarifiquen, que se dejen de ambigüedades, para que todos entendamos qué trampa puede haber en una Constitución que garantiza los derechos históricos del pueblo vasco".
Aznar avanzó aún más las bases sobre las que debe construirse el proyecto político del País Vasco que cierre el conflicto histórico. "Es fundamental construir la paz sobre una base sólida, pero a la vez flexible. Queremos que la paz que se construya sea habitable, no para la mitad de los vascos sino para todos ellos".
Con ello rechazó proyectos apuntados en las declaraciones de Barcelona y Vitoria así como el Documento de Lizarra (Estella), que recogen exclusivamente las aspiraciones nacionalistas. Y se volvió a remitir a las posibilidades que abre la Constitución, que a través de una interpretación flexible de los "derechos históricos" podría llegar a un punto de encuentro entre nacionalistas y no nacionalistas.
El presidente del Gobierno insistió en que las riendas de este proceso de paz las llevarán los partidos democráticos. "Somos los demócratas los que tenemos la legitimidad para abordar la paz. Me acuerdo de todos los que tuvieron el coraje de movilizarse contra el terrorismo".
Pero aún fue más explícito al señalar el procedimiento para abordar este proceso. "Apuesto por el diálogo y la responsabilidad compartida", en clara alusión a que será el consenso entre los partidos democráticos el que marcará la pauta del proceso de paz y la sucesiva respuesta a ETA en el nuevo escenario que se abre.
Antes de celebrarse el mitin un centenar de militantes de HB se manifestaron por los alrededores para pedir al Gobierno que "dé la palabra al pueblo".
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