Los "okupas" acusados del asalto fallido a un furgón iban "bebidos"

La fiscalía solicita seis años de prisión para tres jóvenes okupas acusados del asalto frustrado a un furgón blindado que trabajaba frente a su residencia provisional, una fábrica deshabitada de Valencia. La acusación pública asegura que los procesados blandieron una pistola y una maza para intentar asaltar la furgoneta, lo que supone un intento de atraco. Las defensas, por contra, sostienen que sus clientes, tal como confesaron ayer al comenzar el juicio, ni quisieron ni pudieron robar nada: iban "borrachos".

La única coincidencia en los relatos del conductor del furgón supuestamente asaltado y los tres procesados es que todos estuvieron allí y que uno de los okupas, Juan L. G., exhibió una pistola de fogueo ante el guarda de seguridad. El vigilante jurado asegura que no se le enseñó un arma, sino que fue apuntado directamente con ella mientras otro joven, al que reconoció sin dudar, se dirigía hacia la furgoneta con una maza y ánimo claramente amenazador. El único testigo presencial de los hechos defiende que sus dos agresores -el tercero estaba a unos metros de él sin blandir arma alguna- desistieron del intento de atraco cuando él recurrió a su pistola reglamentaria. La versión de Juan L. G., de 21 años, Sergio R. L., de idéntica edad, y Ramón S. C., el único menor cuando ocurrieron los hechos, el pasado 28 de febrero, fue totalmente diferente. "Estábamos borrachos", dijeron; el guarda les mostró su pistola sin que mediara provocación alguna y, luego, "no se por qué", confesó él mismo, Juan L.G. le enseñó la pistola de fogueo que habitualmente lleva. No pasó nada más hasta que decenas de agentes antidisturbios, apoyados por un helicóptero y escrutados por decenas de vecinos, entraron en la fábrica okupada y la desalojaron.