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El PP cambia los planos de un nuevo barrio para agrupar las casas baratas y llevarlas junto a la M-40

Antonio Jiménez Barca

Los promotores inmobiliarios de Sanchinarro, un nuevo barrio situado al norte de la ciudad que albergará en un futuro tantos habitantes como Soria (36.000), pidieron al Ayuntamiento permiso para cambiar la distribución de las 12.000 viviendas que se van a construir. El gobierno municipal, del PP, ha aceptado: al lado del hipermercado y del ambulatorio se levantarán las casas más caras; entre medias, las de precio tasado; en un extremo del mapa, cerca de la M-40, las más baratas para los más humildes. El municipio, por medio del Consejo de Gerencia, aceptó el viernes el nuevo plano.

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Los administradores municipales del Partido Popular no ven en esta nueva distribución ninguna intención de marginar a los más pobres. Al contrario: consideran que, gracias al nuevo proyecto, las viviendas baratas se construirán unos años antes de lo previsto. El grupo municipal socialista, en cambio, opina que la decisión es "intolerable".El nuevo barrio de Sanchinarro, cuyo nombre es un enigma, ya que los habitantes de la zona desconocen de dónde procede, se enclava en un triángulo del tamaño de 380 campos de fútbol. Sus lados los conforman la carretera de Burgos, la M-40 y la Vía Borde de Hortaleza.

De todas las casas que se construirán en uno de los mayores ensanches residenciales de Madrid, 3.837, el 30%, serán de protección oficial (VPO), esto es, a razón de 136.000 pesetas el metro cuadrado. Un piso de unos 90 metros cuadrados costará 12 millones de pesetas aproximadamente. Estos pisos son los que, mediante el decreto de Gerencia de Urbanismo aprobado el viernes, se colocarán en una esquina del mapa, cerca de la M-40 (véase gráfico) y donde vivirán las clases más humildes.

Las casas de precio tasado (VPT), las que costarán entre 17 y 20 millones de pesetas, sumarán 3.759, el 29,5%, y se colocarán en el centro del nuevo barrio. Y las viviendas de precio libre, cuyo coste dependerá de la oferta y la demanda y del éxito de la promoción, serán 5.122, el 40,28% del total del barrio. Estos pisos se ubicarán en el ala norte del área, cerca del centro comercial y del futuro ambulatorio.

Antes de que el PP aprobara el cambio de la distribución de las casas, los madrileños que habitarán el nuevo barrio no iban a poder distinguir las diversas zonas en función del poder adquisitivo de cada vecino, pues se mezclaban los bloques de casas baratas, los de precios medios y los de gran lujo.

El concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, aseguró el viernes que la decisión de ubicar las viviendas de esta manera no tiene nada que ver con la calidad de vida de los futuros residentes. "Todas las zonas del nuevo barrio son igualmente dignas; habrá gente a la que no le guste vivir al lado del centro comercial", dijo.

Razón de peso

Del Río añadió que existía una razón de peso para aceptar la distribución propuesta por los promotores privados: "De esta forma, las viviendas que primero se construyen son las de VPO, y en concreto 171 pisos que se necesitan con urgencia para realojar a 171 personas". Por las prisas para levantar esas 171 casas para realojamientos, el Ayuntamiento ha juntado otras 3.666 en el mismo sitio.El gerente municipal de Urbanismo, Luis Armada, calcula que los pisos empezarán a construirse en el primer trimestre de 1999. "Sin esta nueva distribución, no se habrían empezado a poner los ladrillos hasta dentro de cinco años", se justificó.

Estas explicaciones apenas convencen a la oposición municipal. El concejal socialista José María de la Riva ve la cuestión de una manera diferente: "Llevamos años denunciando que el Partido Popular practica un urbanismo particular en el Ayuntamiento de Madrid, consistente en dejar hacer a los promotores privados, que son los que deciden qué se hace, y cómo, en la ciudad".

De la Riva no se cree que la razón por la que las viviendas de protección oficial (las más baratas, para los ciudadanos de menor poder adquisitivo) se coloquen en un esquinazo del nuevo barrio responda a la necesidad de adelantar la construcción de este tipo de casas. "Para realojar a 171 familias basta construir dos bloques de pisos y no hay que agrupar en el mismo punto a más de 3.000 familias de un determinado nivel económico". El grupo municipal socialista estudiará la semana que viene llevar este asunto, que entienden discriminatorio y antisocial, a los tribunales de justicia.

Falta de talante democrático

"Como lo han aprobado por un decreto de Gerencia de Urbanismo, no hay discusión posible en el pleno municipal, y esto ilustra el talante democrático de estos señores del PP, que hacen todo según los intereses de los constructores pero evitan que se pueda producir un debate político en la Casa de la Villa", sostiene De la Riva.En el nuevo barrio de Sanchinarro, uno de los seis proyectados por el Ayuntamiento para atender a la demanda de viviendas, no sólo se construirán casas: además del centro comercial, los aproximadamente 36.000 vecinos disfrutarán en esta ciudad de nuevo cuño de numerosos equipamientos. Hay previstas dos guarderías, cinco colegios, cinco institutos, tres polideportivos, dos centros culturales, dos asilos de ancianos, un parque de bomberos, una comisaría y hasta un convento.

Esta miniciudad que crecerá por el norte de la capital no estará completada hasta, como mínimo, el año 2006.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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