El Valladolid se cierra ante un Celta que cae en la desesperación
El tacticismo peor entendido sumió al Celta en la desesperación. El tacticismo del Valladolid consistió en agazaparse detrás del balón, y la desesperación del Celta en perder el control del partido. Raro defecto en los de Vigo, un equipo que se caracterizaba por el orden y la tenacidad. Ahora más anárquico para lo bueno y para lo malo, su falta de pegada le restó todo atisbo de fe, y terminó enterrando el partido en la práctica del pelotazo. Un gol en tres partidos y tres empates consecutivos son un balance pobre para un equipo de tan buen ver.El duelo acabó anárquico, en una sucesión de valores divididos, choques entre jugadores y pelotazos. Balones largos: una práctica tajantemente prohibida en tiempos de Irureta y a la que el nuevo Celta recurre con demasiada facilidad. Cuestión de gustos. Terreno abonado para el éxito de los planes de Kresic.
CELTA 0
VALLADOLID 0Celta: Dutruel; Michel Salgado, Cáceres, Djorovic, Josema (Sánchez, m. 46); Makelele (Cadete, m. 39), Mazilho; Karpin, Mostovoy, Tomás; y Penev. Valladolid: César; García Calvo, Julio César, Peña, Santamaría, Marcos; Vizcaíno; Chema, Turiel (Dutuel, m. 84), Isailovic (Klimovic, m. 84); y Peternac (Eusebio, m. 99) Arbitro: Ansuátegui Roca. Mostró tarjetas amarillas a Peña, Mazinho, García Calvo, Chema y Cadete. Unos 23.000 espectadores en Balaídos.
Sergio Kresic es uno de esos entrenadores que conceden una importancia desmesurada a la caza de puntos. A los de Vigo no les quedó más remedio que mover el balón sin sentido, a la espera de encontrar alguna fisura que explotar.
Sometido el fútbol a la táctica tiró Víctor Fernández de un jugador que no suele fallar en los metros decisivos. La entrada de Juan Sánchez no elevó el nivel del Celta, pero obligó al menos a César a emplearse a fondo en un par de ocasiones. Las mejores oportunidades no respondieron a una mejoría en el juego, sólo a la desesperación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.