Maragall pide el voto del "cinturón rojo" para vencer a Pujol

Pasqual Maragall tiene claro que, para evitar que Jordi Pujol gobierne una legislatura más y se produzca la alternancia que él anhela en la plaza de Sant Jaume, no sólo tiene que atraer a su causa al electorado catalanista más centrado. Esa bola de nieve de la que le gusta hablar al candidato del PSC a la Generalitat tiene que ser empujada también desde el cinturón rojo de Barcelona, que vota masivamente a los socialistas en las elecciones generales y locales y se abstiene en las autonómicas. Maragall les pidió ayer su voto.

El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat apeló ayer a la influencia que el Ejecutivo de Convergència i Unió ejerce sobre el Gobierno de España para que esos votantes no se queden en sus casas en la próxima confrontación electoral autonómica. Maragall escogió bien el escenario para hacer su llamamiento al voto metropolitano. Lo hizo en Gavà (Baix Llobregat), en el transcurso de la Fiesta de la Rosa, que empezó organizando el Partit dels Socialistes de Catalunya del Baix Llobregat y que ha acabado siendo asumida desde la calle Nicaragua, el aparato central socialista. Ante un auditorio que reflejaba la realidad sociológica de esta comarca -inmigrantes que llegaron de otras zonas de España en los cincuenta y sesenta y que se expresan en catalán y castellano-, Maragall entrelazó las referencias políticas catalanas a las españolas, mientras el olor a las migas que se estaban dorando en una monumental sartén llegaba al escenario. "Esta vez vamos a ver como la Cataluña metropolitana va a acudir a votar [en las elecciones autonómicas]", señaló Maragall ante las 25.000 personas que, según la organización, acudieron a la pineda de Gavà. Una de las razones aducidas por el candidato socialista con esfuerzo pedagógico fue: "Ahora ya sabemos que el Gobierno también está aquí", en referencia a que muchas de las decisiones que afectan a la vida cotidiana de los catalanes -como por ejemplo en educación y sanidad- se toman en la plaza de Sant Jaume y no en La Moncloa. Aznar y los catalanes Otro de los motivos esgrimidos por Maragall para que el electorado socialista metropolitano se movilice -y que encontró mayor eco en el auditorio- fue: "En estas elecciones autonómicas nos jugamos el futuro de Cataluña y también el de España". En tono jocoso, el candidato socialista añadió: "Un buen catalán no debería aliarse nunca con Aznar, pero ya les pasaremos cuentas". Maragall emplazó a Pujol a que, si finalmente avanzan las elecciones, explique el porqué. Ese porqué, según el candidato socialista, no puede ser otro que "no dejar que Maragall tenga tiempo de hacer lo que tiene que hacer". Maragall encendió tímidamente la llama federalista en un auditorio no excesivamente motivado en el debate sobre el modelo de Estado. "España está esperando que, desde Cataluña, salga la consigna de ser uno de los primeros países federales de Europa", aseguró. Luego añadió: "Hay que decirle a España: "seguidnos; vamos hacia adelante, pero no marcharemos". La última referencia a su propuesta federalista fue en el epílogo de su discurso: "Viva la España democrática y federal". Antes había dicho: "Esta vez vamos a por Cataluña y España, a por el doblete: la Liga y la Copa". PASA A LA PÁGINA 3