Escuredo dice que Andalucía debe defender la Constitución frente al nacionalismo vasco y catalán
Rafael Escuredo, ex presidente de la Junta de Andalucía y miembro del Foro Andalucía Nuevo Siglo, asegura en una entrevista a EL PAÍS que los andaluces deben liderar la defensa de la Constitución frente a las presiones de los nacionalismos vasco y catalán. Tras años de silencio político, Escuredo se muestra especialmente atento al proceso iniciado con la declaración de tregua de ETA y al empuje de PNV y CiU. A su juicio, "el trabajo sucio" del nacionalismo lo hace el PNV, pero Jordi Pujol, "más inteligente pero más peligroso" es quien logra "el rédito". "Esta gente viene a robarnos la cartera y la respuesta es que aquí no va robar nadie".
Escuredo rechaza la negativa de los nacionalistas a un reparto igualitario del poder autonómico. "Cuando salen los partidos nacionalistas dicen que qué es ese cachondeo del café para todos, yo, con la misma desvergüenza que ellos utilizan ese concepto, les digo que si no hay café para todos va a haber bronca para todos". El abogado Escuredo advierte que "mientras exista un país que se llame España aquí no se va a consentir, no ya que uno tenga mayor poder que otro, sino el que uno tenga mayor ventaja económica que otro". El ex presidente de la Junta insiste en esta tesis cuando asegura que "o hay gambas para todo el mundo o no hay. Ésa es la defensa de la Constitución y ahí los andaluces somos la vanguardia, porque el andaluz tiene una conciencia muy solidaria y no es mezquino. Si de lo suyo tiene para darle a alguien, se lo da. Lo que no quiere es que se lo quiten y esta gente viene a robarnos la cartera". Escuredo considera que Andalucía tiene algo que decir en el proceso de paz que se abre con la tregua declarada por ETA: "Andalucía tiene que decir sí a la búsqueda de la paz (...) pero, al mismo tiempo, exigimos el cumplimiento de los principios constitucionales que garantizan la igualdad de todos (...) y le podemos hacer un gran servicio al Estado desde esta exigencia y no aceptar el chantaje arrogante del PNV". PÁGINAS 4 y 5
