Discernir

Parece que el ser humano tiene una asombrosa capacidad para llamar a las cosas por el nombre que le conviene. Si preguntas estos días: "¿Qué dice hoy el periódico de política internacional?", de repente, "política internacional" se ha convertido en un culebrón de engaño-mentira-hipocresía que pretenden hacernos seguir con el mismo interés que la telenovela de turno. Sus tres protagonistas, Clinton, su mujer y Lewinsky, están al mismo nivel que el bajón del rublo en la Bolsa o los esfuerzos de toda una nación por acabar con el terrorismo.Yo ya estoy harta de que me hablen de qué-hizo-qué-no-hizo-qué-hará el señor Clinton en su casa. Estoy harta de que saquen a la luz unos pormenores que no le importan a nadie más que a ellos, y estoy harta de que metan en mi casa una información que no informa de nada; las cuestiones importantes de la vida, cuando se manosean, y encima se manosean mal, se trivializan.

Espero que los medios de comunicación vuelvan a discernir entre lo político y las novelas rosas, aunque las protagonice el presidente de Estados Unidos; porque una cosa es dar una noticia y otra regocijarse en el escándalo y el sensacionalismo.- Vizcaya.