"No es un duelo de banquillos"

Guus Hiddink elude las comparaciones. Tampoco le gustan las confrontaciones particulares. "No es un duelo de banquillos, es un partido de dos clubes, de dos equipos, nada más. No juego contra Van Gaal, sino contra el Barcelona", dice. Pero lo quiera o no, este partido se ha convertido en el examen de dos técnicos que poco tienen que ver, que defienden dos concepciones distintas de ver y sentir el fútbol. "Será un partido abierto, bonito para el fútbol", anuncia.El entrenador del Madrid añora aquellos duelos con el Barcelona siendo técnico del Valencia. "Eran partidos con muchos goles y buen fútbol". Las cosas han cambiado. Él, que se reconoce cercano a Johan Cruyff en sus ideas futbolísticas, responde con ironía a la presencia de tanto holandés en el Barcelona. "Parece un partido contra la selección holandesa".

Hiddink no hará ni una concesión que le aparte de su filosofía futbolística. Cree que el Barcelona vendrá a jugar, no a renunciar al fútbol como hizo el Inter. "Me gusta jugar siempre de la misma manera. No voy a cambiar nuestro sistema aunque tengamos al Barcelona enfrente. Todos hablan de que el Madrid está en mejor momento de forma, pero el partido ante el Manchester les habrá dado confianza. No hay que descuidarse".

"Es el tercer partido de una semana difícil. Si hemos logrado dos victorias importantes ha sido porque el equipo ha mantenido el orden, la disciplina y el sacrificio. Por eso he recordado a mis jugadores antes del entrenamiento que no tenemos que alejarnos de este línea".

Hiddink está preocupado por el esfuerzo realizado por sus jugadores en Sevilla, aunque se consuela pensando que el Barcelona también sufrió ante el Manchester United. Pero quita dramatismo a la cita. "Este partido no decidirá la Liga. Sé que el año pasado el Madrid perdió dos partidos ante el Barcelona y que el equipo se resintió. No creo que esto deba volver a suceder, y si sucede será culpa del entrenador. Una derrota ante el Barcelona sólo puede afectar dos días".