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El Gobierno regional quita al alcalde las competencias sobre la Casa de Campo

Vicente González Olaya

La Comunidad de Madrid dio ayer por sorpresa "un pequeño golpe de mano" en la Casa de Campo", según lo definió un alto cargo del Ejecutivo regional. El Consejo de Gobierno aprobó iniciar los trámites para declarar este jardín histórico de 1.722 hectáreas, propiedad del Ayuntamiento de Madrid, bien de interés cultural, la máxima figura de protección legal existente. Esta declaración concede todas las competencias al Gobierno regional en materia de protección histórica del parque e impedirá al Ayuntamiento cualquier tipo de proyecto en su interior, a no ser que tenga una autorización expresa de la Comunidad. Sobre esta zona natural se ciernen desde hace años obras en el Parque de Atracciones, la construcción de un tren monoviga o la edificación de viviendas en sus alrededores. Ahora todo esto queda en el aire y a expensas de un futuro y complicado permiso regional.Desde los años treinta, la Casa de Campo estaba protegida por la llamada Ley del Tesoro, que le confería la declaración de jardín histórico. Pero esta declaración "era conjunta con el Campo del Moro y el palacio de Oriente", explican fuentes de la Dirección General de Patrimonio, "con lo que se podían generar dudas sobre quién tenía la última palabra sobre la protección del jardín: o el Estado o la Comunidad". Ante estas dudas, el Ayuntamiento, que poseía por cesión del Estado la gestión del parque desde 1948, actuaba a sus anchas.

Cuando se aprobó el Estatuto de Autonomía de Madrid, en 1983, y se traspasaron las competencias a la Comunidad, la tutela de la Casa de Campo pasó a ésta, pero sólo de manera teórica. "Las competencias no estaban claras del todo al estar unidas al palacio Real y sus jardines próximos. Ahora, con la declaración de bien de interés cultural, la tutela ya no será sólo teórica, sino real", se señala.

Las fuentes citadas reconocen que en los últimos años se establecieron contenciosos administrativo con el Ayuntamiento, porque "existían lagunas legales" y "diversas interpretaciones de la ley". Pero la declaración de bien de interés cultural, figura recogida en la Ley de Patrimonio, las despeja. Por ejemplo, el Ayuntamiento no podría ahora ampliar el Parque de Atracciones:, "No es lógico deforestar un jardín histórico para aumentar una zona de ocio", dicen desde el Gobierno de Madrid. Al tiempo que se inicia el expediente para la Casa de Campo, se comenzarán otros, también como bienes de interés cultural, para el parque de la Alameda de Osuna, la Ciudad Universitaria y el Retiro. En este último caso, la incidencia de la declaración es mínima, ya que todo el centro de la ciudad, incluido el propio Retiro, cuenta con la máxima protección legal desde hace años.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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