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TREGUA DE ETA

Aznar no será "insensible" a las expectativas de la tregua y consultará a los partidos democráticos

El jefe del Ejecutivo anuncia en Lima que abrirá de inmediato una ronda de contactos para responder al comunicado de ETAExige a la banda "hechos y no declaraciones"

La tregua indefinida anunciada por ETA la noche del miércoles suscitó ayer, en una larga jornada de comunicados, reacciones de "alivio" pero también de "cautela y prudencia" ante el temor de que la banda terrorista, al igual que otras veces, acabe frustrando las esperanzas de paz en el País Vasco. Aun así, el presidente del Gobierno, José María Aznar, que se enteró del comunicado de ETA cuando visitaba la localidad peruana de Iquitos, en plena selva amazónica, enviaba ayer desde Lima el mensaje de que no será "insensible" a las expectativas que "una sociedad con capacidad de conciliación alimenta en este momento".Aznar exige a ETA "hechos y no declaraciones" en favor de la paz, y se niega a concederle el "beneficio de la duda" sobre sus supuestas intenciones de dejar las armas, pero, atendiendo los reiterados llamamientos que le han hecho diferentes formaciones políticas, especialmente el PSOE, acepta "realizar consultas y conversaciones con todos los partidos democráticos".

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Su declaración desde la capital peruana ha recibido el rápido elogio de sus socios parlamentarios del PNV, partido firmante, a espaldas del Pacto de Ajuria Enea, de la Declaración de Lizarra previa a la tregua de ETA. "Ojalá sigan las declaraciones del Gobierno en esta dirección, que es la correcta", dijo el portavoz parlamentario del PNV, Iñaki Anasagasti. No opina lo mismo el PSOE, que horas antes había reiterado el emplazamiento a Aznar para que liderase una reunión urgente con los partidos del bloque democrático. En opinión del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, José Borrell, si Aznar hubiera dado este paso cuando se le solicitó -antes de que ETA anunciase el alto el fuego y tomase la iniciativa-, ahora se estaría en mejores condiciones para "hacer frente" a la situación creada por la banda terrorista. En cualquier caso, Borrell se felicita de que Aznar, aunque "tarde y lejos", haya tenido "a bien iniciar contactos con los partidos democráticos".

"Si realmente ETA quiere dar por acabada su trayectoria de muerte, debe saber que todo paso de credibilidad que quiera ganar debe ganarlo con hechos y no con declaraciones. Sobre ETA, y sólo sobre ETA, pesa la carga de la prueba", advirtió en Lima el jefe del Ejecutivo, informa José Miguel Larraya. Sin embargo, consciente de las expectativas que ha despertado el anuncio de tregua, el presidente no cierra la puerta a una posible negociación. "El Gobierno contemplará las nuevas posibilidades que puedan abrirse en una situación consolidada y fiable de cese de la violencia" dentro de los "espacios de consenso alcanzados por todos los partidos democráticos".

Aznar preparó la noche del miércoles, con su colaboradores y en contacto permanente con Madrid, la breve declaración que de forma solemne leyó en el Palacio de Gobierno de Lima, al término de una conferencia de prensa conjunta con el presidente Alberto Fujimori, ya que no quiso aceptar preguntas de la prensa sobre este tema. De pie, tras un atril y bajo un inmenso retrato del caudillo inca Tupac Amaru, Aznar leyó con tono pausado una declaración que, en palabras de uno de sus colaboradores, pretende desmontar lo que se considera una maniobra de propaganda de ETA y su entorno, con la colaboración de los partidos nacionalistas e IU, ante las próximas elecciones vascas.

"El Gobierno no es en absoluto insensible a las expectativas que una sociedad con capacidad de conciliación alimenta en este momento", señaló Aznar, para apuntar que no querría "que esa esperanza, una vez más, se pueda transformar en frustración".

El anuncio de la tregua, no por esperado dejó de sorprender al Gobierno, que teme que recaiga sobre sus espaldas la responsabilidad de un eventual fracaso de las expectativas que se han abierto. "No hay ninguna razón para que los demócratas que promovemos las vías del diálogo y la apertura a la defensa pacífica de todas las opciones nos sintamos ahora sometidos a esa carga. Ésta es una oportunidad para la afirmación de los valores que defendemos y por los que muchos han muerto".

Las palabras de Aznar se produjeron horas después de que Joaquín Almunia, en nombre del PSOE, le emplazara desde Madrid a liderar una actitud unitaria de los demócratas "que quieren defender la paz y el modelo de convivencia establecido por todos en la Constitución y en las leyes".

La de ayer fue una jornada de comunicados: PSOE, PP, PNV, Ministerio del Interior y presidente del Gobierno. Antes de hacer públicas sus respectivas declaraciones, el ministro del Interior, Jaime Mayor, había mantenido una reunión de hora y cuarto con una delegación de la cúpula socialista, integrada por Joaquín Almunia, José Borrell y Juan Alberto Belloch. Intercambiaron información y puntos de vista, pero los socialistas no apreciaron acercamiento alguno.

Mayor, en nombre del Gobierno, expresó su "profundo escepticismo" sobre la autenticidad y sinceridad del paso dado por ETA, si bien, en línea con el mensaje de Aznar, anunció la disposición del Ejecutivo a "intensificar en los próximos días los contactos, los encuentros, las reuniones con los partidos democráticos para tratar de favorecer la unidad y la cohesión frente a esta situación".

El PNV también había utilizado la expresión "alivio" para calificar la "importante noticia" del alto el fuego. "ETA se ha movido. Nos toca ahora a las fuerzas políticas y sociales dar pasos importantes y positivos", reza el texto leído por Xabier Arzalluz. Los peneuvistas, socios parlamentarios del Gobierno del PP, piden a Aznar que tome en serio la oferta de tregua. "Nunca en la historia de ETA se ha dado un compromiso de paz", enfatizó el lehendakari, José Antonio Ardanza, quien calificó la tregua de "hito importante que hay que valorar en sus justos términos". Aznar, que había rechazado contundentemente la Declaración de Lizarra suscrita por el PNV, se mostró cauto y dio un pequeño paso hacia una eventual solución negociada, aunque situó ésta en el marco de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, ámbitos que desborda la Declaración de Lizarra.

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