La circulación en la autovía a Cantabria ha subido un 20% en los dos últimos años

El tráfico de vehículos en la autopista A-8, desde Bilbao a Cantabria, ha aumentado cerca de un 20% en los dos últimos años. Durante los ocho primeros meses de este año, ha circulado por este eje viario una media de más de 11.500 vehículos al día, lo que supone casi 1.200 más que en 1997. Con estos datos, en lo que va de año el número de desplazamientos en ambos sentidos ronda los 5,6 millones, frente a los poco más de 5 millones de enero a agosto del pasado año, lo que se ha traducido en notables atascos los fines de semana.

La autovía de Cantabria, inaugurada en marzo de 1995, está cumpliendo con creces su objetivo: es la vía preferente para las escapadas en busca de ocio de los vascos, especialmente los vizcaínos. En los ocho primeros meses de 1998, el número de despalazamientos en la A-8 -casi 5,6 millones- ha superado con amplitud los cinco millones del mismo periodo del año pasado. Si en 1997 el aumento fue del 8% con respecto al año anterior, en lo que va de 1998 llega al 11%, es decir, casi un 20% en dos años. La autovía no ha alcanzado los niveles de saturación de la antigua N-634 hacia las localidades turísticas cántabras, pero ya es habitual el tráfico denso e incluso retenciones kilométricas en las horas punta de los fines de semana. Los aumentos de aforos registrados por la Delegación del Gobierno en Cantabria son clarificadores: la media de 10.391 vehículos diarios registrada de enero a agosto de 1997 se ha incrementado hasta los 11.560 de los mismos meses de este año. El aumento más significativo se ha dado en julio: una media de 16.077 vehículos al día, un 11% más que en igual mes de 1997. Agosto se mantiene como el periodo más transitado, con una media de casi 16.900 coches diarios. Aumento constante La estadística de la Delegación del Gobierno muestra que el aumento de uso de la A-8 ha sido constante. Por primera vez, se supera en todos los meses la media de 8.000 vehículos diarios. El empleo preferente de la A-8 como vía de desplazamiento a los lugares de ocio de Cantabria, más que como ruta de comunicación y transporte convencional, queda reflejado en un dato: en julio y agosto los aforos superan los 16.000 vehículos diarios, un 50% más con respecto a mayo y junio y casi el 100% en relación a los primeros meses del año. La apertura de la autovía, de dos carriles en cada sentido, ha permitido que desde Bilbao se llegue en poco más de 20 minutos a Castro Urdiales, en 30 minutos a Laredo y en alrededor de una hora a Santander. Un informe del Gobierno vasco sobre la demanda del transporte, hecho hace dos años, evidenciaba el fuerte aumento de los flujos de tráfico hacia fuera de la comunidad autónoma: 80.000 frente a casi 45.000 desplazamientos dentro del País Vasco, cuando en 1990 los viajes interiores sumaban 41.000 desplazamientos y los realizados a las comunidades limítrofres suponían 46.000. El estudio señalaba que el 88% de los intercambios de viajes se producía con Cantabria, Navarra, La Rioja y Castilla y León. El desplazamiento por la A-8 está propiciando también un éxodo a municipios cántabros. Unos 1.500 vascos han fijado su domicilio en Castro Urdiales, la localidad más cercana, desde 1986.