Propuestas para el futuro de Uribitarte

Quienes abogan por la igualdad de derechos entre los sexos podrían observar como este principio se conculca sistemáticamente -es la práctica judicial habitual- al entregar exclusiva y sistemáticamente la custodia de los hijos a la madre. Digamos que el "error" de entregárselos al padre ha sido corregido recientemente una vez más, tocándole esta vez el honor de tomar la medida a la Sala Primera de lo Civil, del Tribunal Supremo. Y no sólo se suelen conculcar los derechos de los padres a la libertad de relación con sus hijos, en unos niveles más próximos a los de una sociedad esclavista que a los de una civilizado, sino que por la misma decisión se pisotean los derechos de los hijos e hijas menores que deseando y necesitando a ambos progenitores son separados por decisiones contra las que no se pueden defender. Entrar en el anecdotario de los incumplimientos de los "regímenes de visitas", de las denuncias falsas seguidas de suspensiones cautelares de esos mismos "regímenes de visitas", del adoctrinamiento de los hijos menores en el odio a un padre al que no conocen, etcétera, daría para las mejores páginas sobre la infamia de un país que hace su digestión de la cena tirado en el sofá y sobre alimentando sus neuronas con las educorados melodramas familiares de los enanitos que viven dentro de la televisión.-

¿Por qué el PNV fue el único partido en el Ayuntamiento de Irún que rechazó la propuesta de la participación de las mujeres en el Alarde, cuando estaba obligado jurídicamente (y ¿éticamente?) a aceptarlo? ¿ Por qué el alcalde de Hondarribia, Borja Jauregi, del PNV, recurrió la sentencia y sabiendo que estaba obligado a acatarla, aún habiéndola recurrido, ha se guido diciendo que esta fiesta nada tiene que ver con él? No han sido pocos los representantes del PNV que hemos visto participar en las manifestaciones que se han realizado en ambas ciudades en defensa del llamado "Alarde tradicional", donde entre otras cosas pedían un "alarde sin política". Borja Jauregi cada vez que tiene la oportunidad de hablar del tema, expone su teoría de que la reivindicación de un Alarde sin exclusiones es una maquinación de Herri Batasuna. Creo que este apoyo del PNV al Alarde tradicional tiene mucho de "alarde de política electoralista", donde se anteponen intereses de poder localistas a cualquier pretensión ética o de más justicia. ¿Y qué clase de política está haciendo el Gipuzkoa Buru Batzar cuando permite este tipo de actuaciones? ¿Y el Euskadi Buru Batzar, que a pesar de que su partido se ha posicionado en el Parlamento vasco, no llama al orden a sus representantes locales? ¿Y no es política partidista que el alcalde de Lesaka, del PNV, haciendo uso de la mayoría absoluta que el PNV tiene en el Ayuntamiento y en contra del resto de los partidos, haya prestado los cañones de Lesaka para que puedan organizar una manifestación en la que las mujeres no puedan participar? Que lejos y sin sentido quedan ahora aquellas palabras que Iñaki Anasagasti pronunció desde la tribuna del Congreso de Diputados en relación a la Escuela Pública Vasca, particularmente aquellas que hacían relación a la coeducación. Porque difícilmente se puede entender como coeducación el intento de mantener unos privilegios incluso en contra de la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Y pueda ser que esté confundida, que el Partido Nacionalista Vasco no esté haciendo electoralismo con el tema de los Alardes, pero si no es así, si todo esto no es política ¿qué pinta un partido político como el PNV metido en estos menesteres?-