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TENIS: OPEN DE ESTADOS UNIDOS

Rafter gana su segundo Grand Slam

El australiano derrota a Philippoussis y revalida su título en Nueva York

Patrick Rafter cumplió su objetivo. Toda la temporada estuvo esperando este momento y ayer logró ganar por segunda vez consecutiva el Open de Estados Unidos de tenis. La final fue una especie de repetición de la del año pasado, aunque con un protagonista distinto. Igual que hizo el británico Greg Rusedski hace un año, el australiano Mark Philippoussis planteó el partido con una estrategia clara: imponer la potencia y efectividad de su servicio. Por el momento, su juego no le permite hacer otra cosa. Y por eso perdió. Rafter, un tenista mucho más completo, le ganó en cuatro mangas por 6-3, 3-6, 6-2 y 6-0, tras dos horas y cuatro minutos. Fue la primera final del Grand Slam entre dos australianos desde que en 1976 Mark Edmonson se impuso a John Newcombe en el Open de Australia. En el abierto americano el precedente quedaba aún más lejos: fue en 1970 y concluyó con una victoria de Kent Rosewall sobre Toni Roche. Aquella generación protagonizó un total de 10 finales en Nueva York. Pero el título de Edmonson en Melbourne del 76 fue el último grande de aquella etapa dorada del tenis australiano. Desde entonces, sólo Pat Cash había ganado un título del Grand Slam, en Wimbledon en 1987, hasta que Patrick Rafter se adjudicó el Open de Estados Unidos el año pasado.Sin embargo, esa historia no pareció importarle excesivamente a Rafter. Tras haberse clasificado para la final no tuvo ningún inconveniente en reconocer que no tenía ni idea de todos estos asuntos. "Pregunten ustedes a mis compatriotas", indicó simplemente refiriéndose a toda aquella pleyade de jugadores aussies entre los que se encuentra Toni Roche, su actual entrenador. A Rafter le preocupa y le motiva más el presente. Y en ese terreno demostró moverse a la perfección.

La solidez actual de su juego le permite ser uno de los mejores tenistas de superficies rápidas, las que más abundan en el circuito. La prueba está en que esta temporada ha ganado cinco títulos del circuito y todos ellos, menos uno en hierba, en pistas rápidas. Sin embargo, su actuación en el Grand Slam no había pasado de unos octavos de final en Wimbledon. Sus excelentes resultados del verano en los torneos previos al open americano dejaron claro que había preparado la temporada para este especial momento.

Y cuando llegó, no falló. Fue el mejor. Y lo demostró dejando en su camino los cadáveres de Goran Ivanisevic, Thomas Bjorkman y Pete Sampras -que sufrió un tirón muscular en la pierna izquierda durante las semifinales-, hasta enfrentarse al sólido sacador Mark Philippoussis. Su último partido fue un compendio de todo el torneo. En la final, Rafter logró restar los potentes y colocados saques de Philippoussis, algo que no había conseguido Moyá en las semifinales, y eso le permitió ganar con cierta comodidad. Rafter jugó un partido casi perfecto. Cometió sólo cinco errores no forzados por 29 de Philippoussis. Rompió el saque de su rival seis veces (tuvo 20 bolas de break) y lo perdió sólo una (concedió tres ocasiones), lo que le costó la segunda manga.

Perdido ya el tercer set y con dos mangas a una abajo, Philippoussis comenzó a desesperarse y a acusar la tensión. Era su primera final del Grand Slam y, probablemente, se sentía muy satisfecho por haber llegado hasta ahí. Hizo lo que pudo, pero fue dejando que la cuarta manga transcurriera por los senderos marcados por Rafter. No ganó ni un juego y acabó el partido con una doble falta (13 en todo el partido). Rafter se llevó 105 millones de pesetas por el triunfo. Philippoussis no tuvo problema en conformarse con algo más de la mitad.

Por otra parte, Martina Hingis y Jana Novotna ganaron el título de dobles femeninos, al imponerse en la final a Lindsay Davenport, campeona individual, y Natasa Zvereva por un doble 6-3. Hingis, que esta temporada sólo ha ganado un título de los grandes en individuales, ha logrado en cambio redondear un Grand Slam en dobles. Ganó la croata Mirjana Luccic en Australia y junto a Jan Novotna ha sido campeona en Roland Garros, Wimbledon y Nueva York. La semana pasada, la número uno del mundo anunció que había roto su noviazgo con el español Julián Alonso.

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