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Espectadores de un crimen de guerra

El ex senador norteamericano Bob Dole visitó esta semana la región de Kosovo, convirtiéndose en el último de la larga lista de representantes, observadores y lumbreras americanos que han visitado la provincia serbia. Lo que vio es poco más de lo que cualquiera ha visto en los últimos seis meses. Las fuerzas del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, están librando una "guerra contra civiles por razones políticas", según ha informado. "Esto es una catástrofe humanitaria en marcha". (...) La semana pasada, la secretaria de Estado Madeleine Albright (...) proclamaba un acuerdo en el que Milosevic comenzaría unas negociaciones para establecer algún tipo de autonomía para la mayoría albanesa de Kosovo. Desde entonces, los continuados bombardeos serbios de Kosovo dejan claro que el presidente yugoslavo no iba en serio y hacen difícil creer que el líder albanés esté de acuerdo con cualquier diálogo. (...) Los debates académicos sobre la "soberanía" de Yugoslavia y la situación de Kosovo (. . .) enturbian las aguas. Un dictador que practica el homicidio sistemático o la expulsión de sus hogares de un grupo étnico está cometiendo un genocidio, no ejerciendo la soberanía. (...) El asumir que EE UU debe atender a molestas guerras fuera de su entorno inmediato puede ser desalentador. Pero asistir sin hacer nada mientras Slobodan Milosevic convierte otra provincia yugoslava en un erial de pueblos quemados, familias sin techo y destrozadas es un crimen en sí mismo.

10 de septiembre

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