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La Guardia Civil detiene al supuesto asesino de una joven de Castellón en 1995

María Fabra

La Guardia Civil ha resuelto tras casi tres años de pesquisas el caso del asesinato de la profesora castellonense Sonia Rubio, cuyo cadáver fue hallado en noviembre de 1995 en Oropesa tras meses de búsqueda. El presunto autor del asesinato de la joven de 25 años, desaparecida en Benicàssim al salir de una discoteca, es un preso de la cárcel de Castellón, Joaquín F. V., detenido el 29 de julio por un supuesto intento de agresión sexual.La operación que ha permitido identificar al supuesto autor del crimen ha sido bautizada como Bola de Cristal, según explicó anoche el subdelegado del Gobierno en Castellón, Vicente Sánchez Peral. El modus operandi de Joaquín F. V., que actualmente se encuentra en la cárcel de Castellón por un delito de abusos sexuales, ha sido la clave para que la Guardia Civil lograra identificar al autor del crimen casi tres años después de que éste se cometiera. El detenido intentó atacar a una joven que regresaba sola de Benicàssim a Castellón. Otra de las claves ha sido la investigación en los círculos con los que se relacionaba la víctima.

Joaquín F. V., de 35 años, recibió ayer un auto de procesamiento por detención ilegal, por abusos sexuales y como presunto asesino de Sonia Rubio Arrufat. El titular del juzgado número ocho, José Luis Albiñana, procedió ayer al dictamen de este auto tras los resultados positivos de unos análisis realizados en el laboratorio del Centro de Investigación y Criminalística de Madrid. Los objetos analizados fueron encontrados tras un registro efectuado en el domicilio del sospechoso, natural de Valencia aunque residente en Castellón. El supuesto asesino fue detenido en julio por un intento de agresión similar al que sufrió Sonia Rubio y en la misma zona de Benicàssim. Joaquín F. V. había cumplido anteriormente condena por el mismo tipo de delitos.

Hace tres años

Sonia Rubio Arrufat fue vista con vida por última vez en la madrugada del 2 de julio de 1995. Había acudido a una discoteca de Benicàssim con unos amigos. A la salida del local, sobre las cinco de la madrugada, se despidió de una de sus amigas para regresar a pie, un kilómetro, al apartamento de sus padres en Benicàssim. Un conductor que hizo una parada a unos 100 metros de la antigua carretera nacional 340 entre Benicàssim y Oropesa, halló el cadáver de la joven, semioculto en una zona de monte, el día 20 de noviembre de ese mismo año.

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