"Hay que renovar la mirada y escribir el futuro de nuevo"

Antonio Pastor Bustamante tiene 35 años. Nació en el madrileño barrio de Carabanchel. Estudió filosofía en la Universidad Complutense y publicidad en un centro privado. Allí quedó fascinado por la creatividad como facultad del espíritu. Sus estudios le ayudaron a indagar sobre el mundo casi inexplorado de la creación, en cuyo itinerario descubrió los caminos por los cuales "los hombres y las mujeres, todos, pueden acceder no sólo a sí mismos, sino también a la belleza y a la posibilidad de comunicarla", dice. Eso fue lo que él hizo. En 1994 concibió una idea que llevó a la realidad: la creación de la editorial Ópera Prima. Junto con su hermano Juan, de 29 años, un hombre cargado de ideas e imaginación, y María Campuzano, dinámica y batalladora, pusieron en marcha el proyecto. Editaron 60 títulos. Alumbró luego Aldea poética, una experiencia literaria insólita que reunió a centenares de escritores de medio mundo. Al proyecto se incorporaron con entusiasmo en Madrid poetas como Ana Maricalva, Ana Caballero de la Morena, Diego Blázquez, Víctor Olaya y otros muchos. Su frenesí les llevó a brindar recitales poéticos en mercados, conventos de clausura, cárceles, incluso en piscinas. Convocan un premio anual para narradores noveles y otro al mejor lector. Pastor, emprendedor y compasivo al modo renacentista, trabaja sin desmayo.Pregunta. En la búsqueda por el territorio de la creatividad, ¿qué ha descubierto?

Respuesta. Que existe un paraje donde te encuentras a ti mismo, donde descubres tu presencia y desde ella te relacionas con el mundo, con los demás. Y entonces comienzas a crear.

P. ¿Qué hay en ese paraje?

R. Es el reino de la libertad. Allí tomas conciencia de tu estar en el mundo. Y luego empiezas a pelear por tu espacio y tu existencia.

P. ¿Qué papel tiene en ese mundo la literatura?

R. A través de la creación literaria reafirmas tu presencia mediante la mirada del otro. Esa mirada te confirma que estás ahí. Entonces es cuando dices "no soy un sueño, soy una realidad", porque gran parte del drama humano surge cuando desconoces si realmente eres, si en verdad existes; por eso, cuando el otro te lee y recibe lo que tú creas, te da sentido y te sientes vivo.

P. Sin embargo, parece que la literatura permaneciera encapsulada, ensimismada en las fronteras del lenguaje.

R. Sí, eso es cierto. El lenguaje a veces limita. Creo que la poesía trasciende la palabra y la llena de tantos sentidos como somos capaces de imaginar, de sentir. El pensamiento científico nunca debiera ocultarnos, como suele hacer, toda la riqueza de la vida.

P. ¿Cuál es, pues, el desafío?

R. Renovar la mirada. Escribir el futuro otra vez.

P. ¿Con qué palabra?

R. Con la que aún podamos descubrir.