"El PP ha sido demasiado generoso desaprovechando a su gente"
Juan José Lucas cree que los principales errores del PP, tras más de dos años de gobierno, proceden de su política de comunicación y de la falta de participación de sus militantes. Cree también que el próximo congreso del partido supondrá una importante renovación, pero solicita a José María Aznar que no practique la política del kleenex, el "usar y tirar", y lamenta que el PP haya sido "excesivamente generoso desaprovechando a su gente en las tareas políticas".Pregunta. El último sondeo del CIS, del pasado julio, insiste en que el Gobierno no despega del PSOE tras más de dos años de legislatura. ¿A qué lo atribuye?
Respuesta. No hay que sacralizar las encuestas como lo demostraron las que se hicieron antes del 3 de marzo de 1996. Dicho esto, las encuestas realizadas fuera de etapas electorales acumulan mucho el no sabe/no contesta y no reflejan, por tanto, el comportamiento real de los electores. También hay que reconocer que el PSOE tiene un suelo muy sólido de electores, que le es fiel pese a sus crisis. En cuanto a la valoración de líderes, el votante del PP es más generoso con los dirigentes del PSOE que el socialista con los del PP. No obstante, hay que abrir una reflexión.
P. ¿No cree, como dice el PSOE, que el problema del PP es que su líder no termina de inspirar confianza a la sociedad?
R. El PSOE viene insistiendo en esta idea antes de que Aznar accediera al poder. Se decía que no se iba a entender con los sindicatos ni con los nacionalistas ni con los líderes internacionales. Pero ahí están los hechos. Los líderes carismáticos no son necesarios en la sociedad actual. Lo que se requiere son buenos gestores que crean en sus ideas, limpios y eficaces. La sociedad sí valora este papel del Gobierno de Aznar que yo creo que tendrá su reflejo en el tiempo.
P. ¿La crispación política es otro factor que explica la ausencia de despegue del Gobierno, y más aún si se tiene en cuenta que el principal protagonista de esta política, Francisco Álvarez Cascos, sufre la valoración más baja del Gobierno?
R. A Álvarez Cascos le ha tocado jugar un papel difícil, el de no estar en el halago. Pero lo de Cascos no es nada si se compara con lo que hacía Alfonso Guerra. Yo creo que el Gobierno Aznar ofrece una imagen de serenidad y lo que es más importante: ha conseguido que la sociedad asuma la normalidad que supone la alternancia, algo que ni siquiera consiguió la CEDA durante la República. Aznar ha llevado la política al centro reformista.
P. ¿No cree precisamente que el Gobierno ha lanzado la política de "centro reformista" ante el fracaso de su política de crispación frente el PSOE?
R. El avance del PP al centro reformista no es una novedad. Fue una política que José María Aznar ya practicó cuando presidió la comunidad de Castilla y León. La consecuencia fue que el PP invadió el espacio del CDS y hoy dobla al PSOE. Con la consigna del centro reformista avisamos a la militancia que el PP aspira a la zona templada del electorado.
P. Usted ha dado algunas explicaciones sobre el resultado de las encuestas, pero también ha reconocido que el PP debe abrir una reflexión sobre su falta de despegue del PSOE. ¿Cuál debe ser esa reflexión?
R. Hay que comunicar mejor con la sociedad y hacer partícipes a los militantes de lo que hace el PP. Este Gobierno ha hecho cosas importantes que no ha sabido explicar al electorado, a una sociedad cada vez más formada.
P. ¿La consigna de constituirse en "centro reformista" es la fórmula mágica?
R. Creo que detrás de ello hay una reflexión importante. El mundo ha cambiado. Lo que antes era capitalismo y comunismo ha quedado reemplazado por liberalismo y socialismo y todos los partidos quieren invadir el espacio de centro que integra lo mejor de ambas ideologías. En el centro están la defensa de los derechos humanos, de la libertad personal y de la solidaridad.
P. ¿Esta reafirmación de ustedes por el "centro reformista" no responde al hecho de que España es un país de centro, ligeramente escorado a la izquierda, según las encuestas?
R. El PP defiende, por convicción, la sanidad y educación públicas y las hace compatibles con la iniciativa privada. Ya no existen diques absolutos entre las políticas socialdemócratas y liberales. Hay rasgos más acusados de unas y otras. Pero al final, las cosas se miden más por los talantes que por otra cosa. ¿Qué pensaría, por ejemplo, el presidente de la Junta de Andalucía, el socialista Manuel Chaves, si le pidiese una entrevista al presidente del Gobierno y éste no le recibiera. A mí me hizo eso Felipe González.
P. Entonces volvemos a lo mismo. ¿No cree usted que la clave de la falta de despegue del PP está en el talante que ha mostrado una parte de su Gobierno, con Álvarez Cascos como protagonista?
R. Francisco Álvarez Cascos depende del presidente del Gobierno. Pero yo no creo que con un comportamiento distinto las cosas hubieran ido de otra manera. Ahí tiene, por ejemplo, a Alfonso Guerra cuando ejerció como vicepresidente. Cascos o cualquier otro dirigente del PP son unos aficionados si se comparan las actitudes agresivas de unos y otros.
P. Cascos llegó a acusar a Felipe González de organizar una banda armada como los GAL. Guerra no llegó a tanto en sus ataques a los rivales políticos.
R. Cascos ya ha dado explicaciones de todo ello ante los tribunales. Con una vuelta más de tornillo, al final le hubieran responsabilizado del secuestro de Segundo Marey.
P. Pero dentro del mismo PP existen críticas muy fuertes contra el aún secretario general.
R. Insisto en que es el segundo dirigente del partido y que necesita el calor de los militantes. Indudablemente, hay reuniones donde se critican las posiciones de unos y otros. Pero creo que Cascos tiene un gran apoyo en el partido porque fue quien consiguió unirlo. En el partido se sabe que le ha tocado una labor difícil y que la oposición para batirnos ataca de uno en uno. Él ha tenido más coraje que otros en la defensa de nuestras ideas y eso se paga.
P. Ahora se abre la etapa sucesoria para la secretaría general, en sustitución de Álvarez Cascos, con el Congreso del PP. ¿Está usted disponible?
R. Se han comentado cosas, pero nadie ha presentado mi candidatura. Ni tampoco se le pasa por la cabeza hacerlo a José María Aznar. Tampoco entra en mis ambiciones. Llevo dos legislaturas ejerciendo de presidente de la Castilla y León, la comunidad que más ha aportado al PP. Hay nueve provincias que están pidiendo que me presente.
P. Deduzco que usted tiene muchas papeletas para repetir como candidato a la presidencia de Castilla y León por el PP.
R. Aún no lo sé. No quiero adelantarme al comité electoral. No obstante, mi presidencia ha aportado mucha estabilidad a la Junta, tras ocho años de Gobierno. No hay que olvidar que en las dos anteriores legislaturas hubo cuatro presidentes. Para mí resulta muy importante Castilla y León. P. ¿Pero si para usted es tan importante Castilla y León, no le gustaría hacer más como ministro, por ejemplo, de Fomento?
R. Eso no depende de mí. Lo que sí digo es que mis ambiciones para Castilla y León son insaciables.
P. ¿Qué opinión le merece Ángel Acebes como candidato a la sucesión de Álvarez Cascos?
R. Es un diputado mío. Donde esté Acebes, lo hará bien. Es un buen político y mejor persona. Cuenta con la confianza absoluta de Aznar. El secretario general no tiene por qué ser su alter ego. Si Aznar propone a Acebes, contará con el apoyo de Castilla y León al 100%.
P. ¿Qué composición debe tener, a su juicio, la dirección del PP que salga del próximo congreso? ¿Cuál debe ser el perfil de los nuevos dirigentes?
R. No se puede hacer política hoy en España sin hablar de autonomías. Me parece fundamental la presencia de los poderes territoriales y municipales. El perfil debe responder al de un hombre que cree en el sistema, sin complejos, consciente de que no tiene la verdad absoluta y tolerante. Va a haber una importante renovación de personas, pero creo que no debe practicarse la política del kleenex, esto es, el usar y tirar.
P. ¿Lo dice usted por los comentarios que ha habido sobre la podible renovación de la "vieja guardia", como, por ejemplo, Rodolfo Martín Villa, al hilo del esperado congreso del PP?
R. Martín Villa es un político importante en la historia de España que ahora preside una empresa pública. Puede suceder que algunas personas pasen en un momento determinado a segundo plano y luego resurjan. Creo que el próximo congreso del PP va a ser importante, que va a haber cambios trascendentes y con ellos algunos sacrificios personales. Pero tampoco creo que sea tan trascendente como el de la refundación en Sevilla, en 1990. Entonces se cambió totalmente la estructura del partido y su dirección, en la que no olvidemos que había siete vicepresidentes. P. ¿No cree usted que José María Aznar debería contar con los apoyos que entonces tuvo, como usted mismo, en la gran renovación interna del Partido Popular de 1990?
R. Aún no he hablado con Aznar del congreso y, por tanto, no sé cuáles son sus intenciones. Yo estoy al servicio de Castilla y León y de Aznar. No pasa nada porque la labor política de uno se limite a diputado o senador. La política es así.
P. ¿Qué aspecto resaltaría de los más de dos años de gestión del Gobierno Aznar?
R. La estabilidad política que ha aportado a España y la consiguiente seguridad que ha transmitido a la sociedad.
P. ¿Y el principal error?
R. El PP, en determinados temas, ha sido excesivamente generoso desaprovechando a su gente en las tareas políticas. No ha sucedido lo mismo en las tareas administrativas.
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