Jatamí exige la disolución de los grupos radicales de la revolución

El presidente iraní, Mohamed Jatamí, exigió ayer la detención y castigo de los responsables de las agresiones contra el ministro de Cultura, el ayatolá Moharani, y el vicepresidente de Asuntos Sociales y ex ministro del Interior, Abdolá Nuri, dos de sus más estrechos colaboradores en el Gobierno. Jatamí, un moderado dispuesto a normalizar las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, cree que es imprescindible la disolución de todas las organizaciones extremistas.Tanto Nuri como Moharani fueron atacados el viernes por grupos de exaltados durante un acto celebrado en Teherán en homenaje a los soldados iraníes muertos en la guerra de Chat el Arab, que enfrentó a este país con Irak en la década de los ochenta. Según el diario Salam, unas ochenta personas agredieron al vicepresidente al grito de "¡Muerte a Nuri!, ¡muerte a los liberales!". Algunos de los que trataron de defenderle también resultaron heridos. A unas manzanas de ese acto de homenaje, el ministro de Cultura también fue atacado por otro grupo. Aunque ambos son aliados del presidente Jatamí, Nuri es la cabeza visible de los moderados y quien más odios suscita entre los radicales. En junio fue forzado a dimitir como ministro del Interior tras una polémica reprobación de un Parlamento dominado por los ortodoxos y cuya cabeza visible es Alí Jamenei, el Guía Supremo, cargo que heredó de Jomeini. Jatamí respondió al desafío nombrando a Nuri vicepresidente, puesto para el que no necesita la aprobación del legislativo. "El incremento de la violencia y del desafío a la ley y la libertad es algo inaceptable para nosotros, venga de donde venga", asegura el comunicado hecho público por la presidencia de la República.

En los últimos meses, esta violencia se ha incrementado, y son las librerías y los cines los más afectados por la intransigencia de los ultras de la revolución islámica.