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Una pequeña película

Ana Miralles acaba de publicar la segunda de las tres partes de la adaptación de En Busca del Unicornio en Francia. También lo ha hecho en España (En Busca del Unicornio: Los herreros blancos, Editorial Glénat) pero la autora mira directamente al mercado francés desde hace algunos años. El panorama para los autores de tebeos sigue siendo especialmente aciago, ya que el mercado español adolece de un problema endémico que los editores no logran paliar de casi ninguna de las maneras: la distribución. Pese a las buenas críticas recibidas en el país vecino, Ana Miralles y Emilio Ruiz, que han adaptado la novela de Juan Eslava ganadora del premio Planeta, ven casi ignorada su obra en España. "A la hora de la verdad", confiesan, "no nos preocupa demasiado. No da mucho dinero, pero sí bastantes satisfacciones. Y concretamente este trabajo, más aún". Es comprensible: Emilio y Ana leen una novela que les parece especialmente interesante, le envían una carta a Juan Eslava solicitándole permiso y éste no sólo se lo da, sino que les ofrece colaboración. "Ha sido una tarea realmente bonita", confiesa Ana, "porque Juan aceptó de muy buen grado el trabajo de Emilio, se limitaba a corregir un par de comas del guión, y después, cuando yo le enviaba las páginas dibujadas, apenas me instaba a corregir detalles sobre la indumentaria de los personajes, ya que él , por ser un historiador especializado en medieval, tenía mejor documentación. De ese modo, es una obra muy trabajada en todos los aspectos, tanto en el de investigación como en el tratamiento de los personajes del África subsahariana, porque hay muy pocas evidencias históricas de sus enseres. Y claro, si los expertos no lo tenían, poco podíamos hacer nosotros, así que la mayoría es fruto de la imaginación". Sin embargo, pese a lo artístico del trabajo del guionista, narrador y novelista, se ha trabajado en aspectos de producción de una manera poco convencional. No han llegado al industrialismo de la manera de trabajar estadounidense o japonesa, pero han trabajado con el ordenador de una manera complementaria a las labores artísticas, además de repartir el esfuerzo. "La idea", comenta Emilio, "es casi como la de una pequeña película en la que se intenta mantener por una parte la división del trabajo y por otra el mayor sentido artístico posible. He tratado de descargar a Ana de tareas como la rotulación, creando un tipo de letra electrónico a partir de su letra, hemos compuesto las páginas en la pantalla, ampliando y reduciendo viñetas hasta crear justo lo que queríamos ver... Son detalles que liberan al artista y que permiten controlar la producción hasta el último detalle". Fruto de la excelente relación con Eslava, Ana Miralles diseñó la portada de uno de sus libros, Statio Orbis, que versa sobre la estancia del Papa en Sevilla. "De hecho, realicé dos: la editorial eligió una y Juan Eslava tiene la otra colgada en casa", confiesa Ana. Aún más, el público parece responder bien a la adaptación. "Nos han llegado noticias de que existe un club de aficionados de En busca del Unicornio que han analizado con lupa todo lo publicado hasta el momento", mencionan. ¿Resultado?: "Aprobados", contestan satisfechos. Sin embargo, no todo fue coser y cantar. La fase final del trabajo fue realizada por Ana con la colaboración de su hermana Rocío. Tras entregar los originales y esperar a la publicación del álbum, se encontraron con una desagradable sorpresa: toda la edición había salido con unos colores que no se parecían a los originales. "Afortunadamente", comenta Ana, "la editorial francesa, Glénat, está muy acostumbrada a estos desastres y son extremadamente respetuosos con los autores. Nos pidieron perdón mil veces y volvieron a mandar el tebeo a la imprenta. Sólo ha habido algo de tiempo perdido, al fin y al cabo". La adaptación de la novela no ha sido un asunto rápido en absoluto: se trata de un trabajo de unos nueve meses de duración. "Tuvimos alguna oferta para adaptar todo el texto en 46 páginas, en tres meses, y con oportunidad de firmar más adaptaciones, pero preferimos realizar un trabajo más detallado, más personal, más cuidado. Después de todo, ésta no es una profesión en la que estemos por dinero", explican. Dentro de En busca del Unicornio se halla un estilo muy diferente de trabajo y de ilustración al que nos tiene acostumbrados Ana Miralles. Mientras que en Eva Medusa, daba tonos de ilustración más fantástica, con gran personalidad y sugerencia, la línea que encontramos dentro de esta adaptación nos muestra una gran versatilidad y naturalidad en el trazo, que adopta actitudes abiertamente descriptivas, tomando como patrón la síntesis realista, de exhaustivo detalle pero sin caer en la fácil trampa del barroquismo, todo ello sobre un guión efectivo con momentos brillantes que avanza sin apenas utilizar textos de apoyo.

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