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Los promotores del local de toxicómanos de La Rosilla piden apoyo al vecindario

La asociación Trama, promotora de un centro de atención a los toxicómanos más deteriorados que malviven en el poblado marginal de La Rosilla (Vallecas Villa), han remitido su proyecto a todas las asociaciones ciudadanas del distrito para pedirles apoyo y evitar confrontaciones.Esta entidad, que trabaja en la zona desde 1985, argumenta que el local, en el que los 150 drogodependientes que ahora duermen en tiendas de campaña y bocas de alcantarilla tendrán un lugar donde comer, lavarse y recibir atención social, sanitaria y jurídica, evitará problemas sanitarios y de seguridad ciudadana Trama argumenta que estos centros de reducción del daño son necesarios en una ciudad donde el porcentaje de infectados de sida por vía intravenosa es del 66%, cuando en Holanda supone el 10%. Asimismo, en Vallecas hay 62,7 casos de tuberculosis por 100.000 habitantes, cuando en toda la ciudad hay 32. Esta asociación, que desarrollaría su proyecto con una subvención de 50 millones de pesetas de la Agencia Antidroga de la Comunidad, pretende que el centro sirva para reducir el número de toxicómanos que acuden cada día a La Rosilla (de 2.500 a 5.000), promoviendo que se acerquen a los centros de atención a drogodependientes de sus barrios para desintoxicarse o seguir un programa de metadona.

Enrique Arribas, presidente de Trama, explica que están haciendo obras en un local del polígono industrial de Vallecas para ubicar este local. "Pero en ningún caso vamos a empezar a trabajar antes de mantener una reunión con las diferentes fuerzas sociales y políticas del distrito", asegura. "Estamos abiertos a buscar otra ubicación si ése es el problema, porque podemos dedicar el que estamos arreglando a cualquiera de nuestras otras actividades", añade. Esta entidad trabaja también con menores y perceptores del salario social.

Ignacio García, presidente de la asociación vecinal Ahora, supedita la apertura del centro al compromiso, por parte de las instituciones, de desmantelar La Rosilla, una barriada donde, desde hace seis años, están realojadas 137 familias gitanas chabolistas y que funciona como un hipermercado de la droga.

"No tiene sentido que pongan un centro de atención a drogodependientes y no atajen de raíz el problema que genera este poblado", añade. "Si se comprometen a desmantelarlo, diremos que sí al centro para que luego se quede de forma permanente para atender a los drogodependientes de la zona", concluye García.

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