Las dimisiones en el IMEB se deben al proyecto Barcelona Ciutat

La dimisión del consejero delegado del Instituto Municipal de Educación de Barcelona (IMEB), César Coll, y de varios miembros de su equipo se produjo básicamente por los problemas de coordinación surgidos en torno al proyecto educativo Barcelona Ciutat, un ambicioso plan a través del cual el consistorio pretende involucrar a la ciudadanía en un concepto global de educación. Coll, que presentó su dimisión antes del verano y que volverá a su cátedra universitaria tan pronto sea oficial el cese, negó que lo sucedido tuviera ningún trasfondo político, y lo atribuyó exclusivamente al hecho de que a lo largo de los últimos meses había evidenciado que no contaba con el apoyo de la presidenta del IMEB, la teniente de alcalde Eulalia Vintró. Lo que parece seguro es que los puestos de Coll y los demás dimisionarios, que en ningún caso eran funcionarios, no serán ocupados por nuevos nombramientos, con lo que Vintró refuerza su control del IMEB, cuya cúpula queda reducida al actual gerente, Manuel Blasco, y a Daniel Resines, que pasa a ocupar el cargo de director de gestión de los centros municipales. Las dimisiones, sin embargo, han tenido un inmediato impacto político. El alcaldable de Esquerra Republicana de Catalunya por Barcelona, Jordi Portabella, denunció ayer la situación en las guarderías municipales y recordó la falta de plazas públicas para niños de entre 0 a 3 años, "ya que sólo el 50% de las solicitudes puede ser atendido". Portabella no olvidó referirse a las dimisiones atribuyendo la paralización del plan de reorganización de las guarderías al "conflicto interno" del Ayuntamiento y "al externo" con la Generalitat.