Lo importante está en Marbella
Los ciudadanos de a pie, que llevamos una existencia pacífica, corriente, de ir por casa, hacemos mal en preocuparnos del paro laboral, de las alzas de precios, de los ridículos aumentos salariales, de la brutalidad que ejercen muchos hombres contra las mujeres, de las desoladoras consecuencias del terrorismo, de los veredictos de la ¿justicia o injusticia?, de las catástrofes ecológicas, de los rebrotes del nazismo, de las actitudes racistas, de la miseria universal, del conflicto de Kosovo o de Zaire, de las hambrunas africanas, de las matanzas argelinas o del silencio femenino en Afganistán, por citar algunos temas que pueden absorber nuestras meditaciones y pensamientos, nuestras acciones solidarias, creyendo que estamos ante problemas serios que requieren nuestra atención.En realidad, lo que nos pasa es que somos unos descreídos, porque, como ya se encargan de recordarnos varios programas televisivos diarios, los problemas gordos están en Marbella. Allí sí que hay gente que necesita nuestra atención y nuestra solidaridad: que si el torero Paquito ya tiene novia; que Irene y Ramón se han enfadado por primera vez porque ayer se les vio en dos sitios diferentes con otras compañías; que el cantante Manolín estrena casa por fin; que la pareja Cris y Cras navega en yate cada día con su pequeña hijita de un año; que se rumorea que Maripili ya no se habla con Fede; que la hija de la famosa Pepita se quedó embarazada anteayer y ya tiene vómitos y trastornos gástricos; que la novia del torero Terele sale ahora con el cantante Eduardo y que el mencionado torero lleva cinco corridas sin cortar una oreja; que Enrique se acaba de lesionar jugando al padle y fíjate qué vacaciones le esperan; que Luisito ya dice "papá" con nueve meses cumplidos; que Paquita va de boda y no tiene trapos para ponerse; que Leoncio dedica el día a la lectura y el baño..., y un largo etcétera de problemas y situaciones delicadas de alto interés nacional.
Las cosas importantes, no se engañen, ocurren en Marbella. Yo las he visto en el programa Corazón de verano; un programa que, aunque se llama "corazón", apunta directamente al cerebro. ¿Será para dinamitarlo?- . .
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