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Desarticulada una banda dedicada al tráfico de inmigrantes chinos

F. Javier Barroso

La llamada del propietario de un restaurante chino a la policía permitió el pasado viernes la desarticulación de una banda dedicada al tráfico de inmigrantes chinos. El dueño del local acudió a los agentes porque cuatro personas, todas ellas de origen chino, comenzaron a golpear a una mujer, también china, de 24 años, amiga del dueño del local. La banda se dedicaba también a extorsionar a sus compatriotas. Les pedían hasta dos millones de pesetas a cambio de conseguirles los permisos de extranjería.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del viernes. Cuatro ciudadanos chinos entraron en un restaurante oriental del distrito de Centro. Los cuatro cogieron a una joven presente en el local y la condujeron por la fuerza a la planta superior del mismo. El dueño, amigo de la mujer, avisó a la policía.Mientras llamaba por teléfono, el dueño del restaurante escuchó los gritos de auxilio de la joven. Nada más colgar, subió a prestarle auxilio. Los supuestos agresores también la emprendieron a golpes con él, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía.

Los agentes desplazados al lugar de los hechos lograron detener a los cuatro integrantes de la banda en plena agresión. Se trata de Wang F. P., de 17 años; Zang D., de 22; Wang M., de 21 y A. L., de 27. Faltaba el cabecilla del grupo, Chuen Li Y., de 34 años, que no se encontraba en el lugar. El propietario del local y la joven fueron atendidos por lesiones leves, que no requirieron hospitalización. Las investigaciones posteriores permitieron que el jefe de la banda fuera detenido a primera hora del mismo viernes en un piso de la calle de Nicolás Salmerón (Carabanchel).

Exportadores de vinos

La joven explicó en comisaría que su marido y ella habían tenido que desembolsar dos millones de pesetas para venir a España. Con ese dinero la banda les prometió que en julio dirigirían un negocio de exportación de vinos y aceites a su país. En Madrid fueron alojados en un piso del barrio de Las Musas, en el distrito de San Blas, que pertenecía a la banda. La persona encargada de conseguirles el trabajo, Chuen Li Y., nunca les ofreció el puesto acordado, siempre según el relato de la Jefatura Superior de Policía.El jefe de la banda les propuso que le pagaran otros dos millones de pesetas para conseguirles el permiso de residencia en España. Al carecer de esa cantidad, el marido se vio obligado a regresar a China. Ella permaneció en el piso de Las Musas hasta que conoció al dueño de un restaurante. Éste la cobijó en su casa. La mujer justificó el abandono del piso diciendo al jefe del grupo que también regresaba a China. La historia cambió cuando los cuatro detenidos la sorprendieron en el restaurante de su amigo. Los supuestos agresores la exigían que les adelantara medio millón de pesetas, siempre según la versión policial. Uno de los cinco detenidos, Wang F. P., tiene antecedentes por infracción de la ley de extranjería y falsificación de documentos. También tiene dos órdenes de búsqueda y captura de un juzgado de Colmenar Viejo por atraco.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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