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Las visitas guiadas al barrio de El Carme atraen a 1.000 personas

Ferran Bono

Cerca de 1.000 personas de 15 países han disfrutado durante el mes de agosto de las visitas guiadas por el centro de Valencia organizadas desde la Associació de Veïns del Barri del Carme. La iniciativa, sin respaldo institucional, ha sido un éxito en su segundo año de andadura. Muchos visitantes se quedan sorprendidos por la riqueza y diversidad de los atractivos del barrio al tiempo que lamentan el abandono de numerosos edificios, según comenta el representante vecinal David Hamerstein.

Nacido en Los Ángeles (EE UU), pero residente en Valencia desde hace 19 años, Hamerstein ha explicado la importancia histórica del corazón de la ciudad, entre otros muchos aspectos, en tres lenguas: castellano, valenciano e ingles. Este profesor de Historia de Secundaria argumenta con ánimo crítico que la elección de agosto para hacer los recorridos se debe a que es el único mes en que es posible caminar por el barrio sin los problemas habituales del ruido y del tráfico. "En otra época no hay la tranquilidad necesaria para este tipo de turismo cultural", apunta. Una tranquilidad imprescindible para pasear y conocer los detalles no sólo de los edificios emblemáticos e históricos, también de las gentes que vivieron y viven en el barrio de Valencia que experimenta el mayor envejicimiento de sus habitantes, además de despoblación. "Muchos de los turistas se indignan por los numerosos solares y casas abandonadas que hay o porque no se pueda acceder a determinados edificios históricos, como el Palau de l"Almirall", sostiene Hamerstein, quien destaca que algunas personas mayores participan en los recorridos con comentarios vertidos desde sus balcones aportando sus experiencias. Los paseos se dividen temáticamente en cuatro bloques: el legado musulmán; la Valencia de los judíos; la epoca dorada del siglo XV o la Valencia gótica; y las anécdotas y leyendas del barrio popular. No sólo consiste en una breve enumeración de características arquitectónicas. La idea es proporcionar una visión del barrio de El Carme a través de las gentes que lo poblaron. Por ejemplo, las visitas a la muralla árabe se desarrollan entre música de Ibn Baya, del siglo XI -que sale de un radiocassete que lleva el propio Hamertein-, estrofas del poeta y filósofo judío Ibn Gabirol o textos de Luis Vives. Las consecuencias de la revolución industrial en el barrio, la historia de la sinagoga clandestina o el relato de la "vida sexual desmadrada del siglo XV", cuando Valencia era uno de los mayores burdeles de Europa, salpican las explicaciones del profesor de Historia. A los paseos también han acudido ciudadanos valencianos. Muchos de ellos desconocen los valores de El Carme, un barrio que hay que recuperar para lograr una ciudad más habitable "y disfrutar del entorno urbano de manera sostenible, sin derrochar recursos", afirma Hamerstein. "Debe haber voluntad política para atender la importante demanda de turismo cultural del que no hay oferta", agrega.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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