"Fue un cuento que se hizo realidad"
Es desde el 20 de mayo el héroe de Amsterdam. Su gol acabó con una obsesión del madridismo que se remontaba 32 años en el tiempo. Mañana se cumplen cien días de aquella noche. Si alguien no la olvidará jamás ése será Pedja Mijatovic. En su casa de La Moraleja, en un rincón especial, está la medalla que le reconoce como campeón de Europa, junto con el trofeo al mejor jugador de la Liga de la temporada 1995-96. Pronto estará allí también una réplica de la séptima que ha encargado que le hagan. Ahora, con el paso del tiempo, algunos detalles de esa noche han cobrado más fuerza. Mijatovic sonríe cuando se pone a pensar. "Fue un cuento muy bonito que se hizo realidad"."Lo que recuerdo de aquél día fueron los 12 o 15 segundos después de marcar el gol. Fue algo increíble. Por mi cabeza pasó en ese momento toda mi vida, desde que nací hasta ese instante. Fueron imágenes muy rápidas de todo lo bonito que me ha pasado. Luego recuerdo a mis compañeros cuando, tanto en Amsterdam como aquí, me dedicaron palabras bonitas y en especial cuando salí del túnel del estadio Bernabéu y me encontré a todos ellos haciéndome una reverencia. Entonces me dí cuenta de lo importante que era en este equipo. Me sentí orgulloso". Mijatovic no lo cuenta pero tras el partido se apoyó en la puerta del vestuario y rompió a llorar. Los nervios, la emoción, pudieron con él.
"Unos días antes todos mis compañeros empezaron a decirme que iba a marcar. Es difícil de explicar aquello. No había ninguna razón lógica pero todos estábamos convencidos de que íbamos a ganar la final. La Juve era la favorita pero todos me decían: "tú puedes resolver". En la prensa, los entrenadores de otros países opinaban: "Mijatovic puede resolver". Yo lo leía y me sorprendía. Me sentía como predestinado para algo. Ya en las semifinales ante el Borussia, que no puede jugar, cuando nos clasificamos mis compañeros y algún directivo me apuntaban: "A tí te toca ahora en la final". Así empeze a vivir un mes antes, con esta sensación, la séptima. Fue un cuento muy bonito que al final se hizo realidad".
"Soy una persona que no pierde la cabeza cuando ocurren cosas importantes. Sé que mi obligación es marcar y en mi caso todavía más porque tengo una cierta importancia en el equipo y se espera eso de mí. El de Amsterdam fue algo especial porque nos dio la Copa de Europa y la gente aún me lo recuerda cada día en la calle. Pero creo que ese título fue cosa de todos, todos luchamos por ello. Deportivamente hablando es la cosa más importante que me ha pasado. He marcado muchos goles decisivos tanto en el Partizán como en el Valencia. Pero espero llegar este año a la final y marcar uno o, porqué no, dos más".
" La alegría de la gente reflejada en sus caras... eso no te lo paga ningún dinero. Ver la gente en La Cibeles gritando tu nombre sólo pasa en el Madrid. Otros compañeros que han ganado la Liga de Campeones en otros equipos dicen que lo que pasó en Madrid no tuvo nada que ver con lo que les pasó a ellos. Expliqué que quería títulos por eso, aunque en el Valencia estaba muy a gusto, me vine al Madrid. Hay cosas que no se pagan con dinero y eso hace feliz a la gente". Mijatovic sólo tuvo dos días para la fiesta. Después cogió su maleta y se marchó a Francia.
"El Mundial ha sido importante, pero no tan bueno como esperaba. En la vida como en el deporte no se puede vivir la felicidad total. Pasamos a la segunda vuelta y luego fallé aquel penalti". Aquel penalti lo tiene clavado en el alma. Falló en Francia y luego en el Teresa Herrera ante el Lazio. Entonces prometió no volver a intentarlo. Pero, días después, volvió a probar suerte en un entrenamiento. Esa vez tampoco entró. " Ahora tengo que descansar. Cuando no se puede pasar por una puerta hay que esperar y no intentar romper la pared. Intentaré buscar la solución y seguro que abro la puerta".
Mijatovic es de los deportistas que habla poco y piensa mucho. Le da muchas vueltas a las cosas. "La cabeza cuenta mucho. A veces es lo más importante para jugar al fútbol. La temporada es muy larga y la presión en ocasiones resulta asfixiante. Te tiene que funcionar bien el coco, tanto en la vida privada como en la profesional. La vida privada influye mucho porque todos tenemos problemas. Yo tengo problemas como todos. Ahí lo importante es saber asumirlos y que no influyan en tu trabajo. A mí me pasa: tengo problemas pero intento dejarlos a un lado, aunque por la noche en la cama, cuando me acuesto y me pongo a pensar, los tenga presentes".
Colgado de su cuello, Mijatovic lleva un cordón con una chapa de oro y brillantes en la que hay dos letras L y A. Son las iniciales de los nombres de sus hijos Luca y Andrea.
"Yo ahora estoy bien. Empezé a trabajar después que mis compañeros porque tuve que descansar tras el Mundial. Estoy a tope para la Supercopa. Tenemos mucha ilusión en ganar este trofeo que nunca se ha conseguido.
Creo que este equipo, después de la Liga de Campeones, está preparado para hacer algo grande. Estamos en cinco competiciones y podemos lograr algo muy importante". Cree que la contratación de Guus Hiddink ha sido un acierto. "Sabe crear competitividad entre los jugadores. Con cinco competiciones hay que tener muchos jugadores preparados. Hemos fichado poco pero hemos acertado. Hay que confiar en los jugadores que ganaron la séptima. Este va a ser el año del Madrid llevamos tres años juntos y podemos hacer algo grande".
En la calle, la afición del Madrid quiere que tras los títulos llegue el buen juego del equipo después de un año en que, sobre todo en la Liga, hubo momentos decepcionantes. "Hiddink pide espectáculo, que el equipo juegue bien al fútbol. Tenemos calidad para hacer lo que pide el mister. Intentaremos divertirnos. Aunque yo soy de los que prefiere jugar un poco peor, pero ganar".
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