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Nueve siglos de la orden del Císter

En Francia, cerca de la frontera con Suiza, se encuentra el monasterio de Citeaux (Cistercium en latín), donde hace 900 años 21 monjes cluniacenses crearon en Europa la orden del Císter. Querían restablecer las originales y estrictas reglas de san Benito, creadas en el siglo VI. Casi un siglo más tarde, en 1153, la orden ya tenía 338 abadías repartidas por toda Europa. En la actualidad hay más de 8.000 monjas y monjes repartidos por todo el mundo. Los dos grandes monasterios cistercienses de España siempre han sido Santa Maria de Poblet y las Huelgas de Burgos. En Cataluña, el Císter se introdujo hacia el año 1140, fomentado por las grandes familias de la nobleza. Así Ramón Berenguer IV se hizo cargo de Poblet y Santes Creus y la familia Montcada impulsó Vallbona de les Monges. Los tres monasterios configuran en la actualidad la denominada Ruta del Císter, pero sólo el de Poblet está declarado Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. El Monasterio de Santes Creus se encuentra enclavado en el término municipal de Aiguamúrcia, en el Alt Camp, en un esplendoroso paraje rodeado de viñedos y alamedas a orillas del río Gaià. En Santes Creus se aprecia la gran influencia que tuvo la orden, no sólo en el aspecto espiritual, sino en el campo político y económico, sobre todo en el agrícola implantando nuevas técnicas de cultivo. Alrededor del monasterio se creó un pequeño grupo de población que dependía exclusivamente del monasterio. En la iglesia también están enterrados reyes de las casas de Cataluña y Aragón como Pedro II el Grande, Jaime II el Justo y su esposa Blanca de Anjou, y la reina Margarita de Prades, esposa de Martín el Humano.

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