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Ingresa en prisión el joven acusado de matar a otro en El Perellonet

El juzgado número 6 de Valencia ordenó ayer el ingreso en prisión de Pablo G. T., de 20 años, acusado de matar a puñaladas a otro joven en la madrugada del domingo en el aparcamiento de la discoteca Calavera de El Perellonet (Valencia). Antes, el detenido declaró ante la juez durante cerca de una hora y media. Su abogado defiende su inocencia y acusa a la víctima y a sus amigos de "buscar pelea y pegarle una paliza" al detenido. "Pablo pidió a la Guardia Civil que le protegiera", afirma.

El letrado, que va a recurrir la orden de ingreso en prisión, dice que Pablo había consumido tanto alcohol y tantas drogas que en las pruebas que le realizaron "dio el nivel máximo de los marcadores de polintoxicación". El detenido fue trasladado ayer a mediodía desde los calabozos de Paiporta hasta los juzgados de instrucción de Valencia. Tuvo que esperar hasta que la juez (la titular del juzgado número 4, que suple a la del 6 durante las vacaciones) acabara de revisar los testimonios y pruebas que le acababa de presentar la Policía Judicial. Entre las pruebas que llevaron al juzgado dos agentes en bolsas de plástico destacan varias prendas manchadas con la sangre del fallecido, Alejandro Ch. S., de 22 años. Sin embargo, los agentes no pudieron presentarle a la juez la navaja con la que fue apuñalado en el corazón . A pesar de que los guardias y los amigos de la víctima buscaron la navaja en las cercanías de la discoteca durante horas, e incluso usaron un detector de metales, no la hallaron. Pasamontañas A las 13.40 horas, dos agentes subieron al acusado desde el calabozo hasta el juzgado número 6 para iniciar el interrogatorio. El joven, de aspecto espigado, vestía ropa deportiva y ocultaba su rostro bajo un pasamontañas granate. Declaró hasta cerca de las 15.15 horas, mientras varios familiares aguardaban en una sala contigua. Según su abogado, el joven testificó que tenía una navaja, pero que la perdió en cuanto empezó la reyerta, antes de que la víctima fuera acuchillada. "Era una navaja pequeña, de publicidad, que le regalaron en una gasolinera; sólo tenía ocho centímetros de hoja y la herida en el pecho del muerto es de 10 centímetros", alega el letrado. También mantiene que "nadie vio al detenido acuchillar a la víctima". "Pudo acuchillarlo cualquiera", afirma, y alega que a su cliente le pegaron una paliza "unos siete amigos de la víctima", que le han dejado el cuerpo lleno de contusiones: "Dentro de la discoteca le pegaron un puñetazo y perdió las gafas". El letrado afirma que su cliente se marchó a una discoteca contigua huyendo de la "turba de amigos de la víctima que llegó a romper una luna de la ambulancia". Allí, según su versión, se subió a un vehículo de la Guardia Civil "para refugiarse" y lo llevaron al cuartel, donde "lo detuvieron una hora después por las descripciones de los testigos".

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