Un joven se entrega tras asesinar a navazajos a otro que le empujó en una discoteca de El Perellonet

El empellón le costó la vida. Alejandro Ch. S., un joven de 22 años, murió ayer poco después de las cinco de la mañana tras ser acuchillado en el pecho por otro joven, P. G. T., de 20 años, al que había empujado minutos antes en la discoteca Calavera de El Perellonet, una pedanía a 19 kilómetros al sur de Valencia. El agresor huyó en un primer momento, pero según fuentes del caso, al final se entregó y fue detenido y llevado al cuartel de Paiporta. Los agentes lo trasladaron después a un hospital, ya que "necesitaba tratamiento porque sufre un transtorno de la personalidad". El dueño del local, Manuel Román, decía ayer que la discoteca estaba llena: "Tras el empujón, los dos jóvenes salieron del local con cinco o seis amigos, parecía que hacían las paces, pero el agresor sacó una navaja y se la clavó". El detenido pasa hoy a disposición del juzgado de Sueca. Román y varios testigos se quejan de que la ambulancia tardó "50 minutos en llegar". Según el jefe de la guardia del Hospital Clínico de Valencia, el joven murió en el trayecto e ingresó cadáver a las 6.26 horas con una herida de arma blanca en el tórax. Paradójicamente, la discoteca Calavera está situada junto a la carretera Natzaret-Oliva, a unos 50 metros del puesto de la Guardia Civil. Román dice que la víctima veraneaba con su familia en El Perellonet y frecuentaba el local. Según algunos testigos, era vecino de Alzira. Los agentes recuerdan que se han producido reyertas en otras discotecas de esta carretera, sobre todo en Pinedo. Pero no en El Perellonet, cuyo locales "apenas lo frecuentan los veraneantes". Tres ramos de rosas rojas, depositados sobre unas piedras, marcaban ayer el lugar del asesinato. Un solar polvoriento, plagado de envoltorios de cigarrillos, litronas y briks de sangría vacíos. En la puerta del local, abierto desde hace 31 años, cuelga un cartel de mal agüero: "Aquí va a haber movida".