23 agentes elegidos por votación y sorteo representarán a los 70.000 guardias civiles

La Guardia Civil quiere abrir un cauce legal para que los agentes puedan expresar sus reivindicaciones, evitando así que éstas se canalicen a través de sindicatos clandestinos. El director general, Santiago López Valdivielso, tiene ya ultimado el proyecto de creación de la Comisión Profesional de la Guardia Civil, un organismo que presidirá él mismo e integrarán, además del subdirector de personal, 23 representantes de los 70.000 agentes, designados por sorteo entre los elegidos en votaciones separadas por las diferentes escalas de guardias, suboficiales y oficiales.

Según el borrador de la norma que regula el nuevo sistema de representación de los guardias civiles, al que ha tenido acceso EL PAÍS, los agentes contarán con un órgano ante el que presentar sus quejas y reivindicaciones en cada provincia y con un comité que las centralizará a nivel nacional. Serán organismos consultivos, sin carácter decisorio, que permitirán a los responsables del cuerpo conocer de primera mano las inquietudes de sus subordinados. "La Comisión Profesional de la Guardia Civil y las Comisiones Territoriales", señala el texto, "se articulan como órganos colegiados con la misión de emitir informes no vinculantes sobre aspectos profesionales y sociales de sus componentes".

En cada provincia existirá una comisión territorial, presidida por el mando de mayor graduación e integrada por un miembro de la Escala Superior -de teniente a general de división- y dos de la Escala Ejecutiva -de alférez a teniente coronel-, así como un representante de la Escala Básica de cabos y guardias y otro de la de Suboficiales por cada compañía o entidad equivalente que exista en dicho territorio.

La Guardia Civil cuenta en total con 216 compañías, compuestas en su mayoría por un capitán, dos o tres tenientes, de 5 a 10 suboficiales y entre 100 y 200 cabos y guardias. La misión de los integrantes de las comisiones territoriales, elegidos en votación por los guardias de su escala, será "canalizar las propuestas y sugerencias de los miembros del Cuerpo".

De entre los componentes de las comisiones territoriales se designará por sorteo a quienes formen la Comisión Profesional de la Guardia Civil, cuyo presidente será el propio director general y su vicepresidente el subdirector de personal.

La Escala Básica, que integran 61.571 cabos y guardias, contará con doce representantes en la Comisión Profesional. La Escala de Suboficiales (6.418 miembros) con seis, la Ejecutiva (1.513) con tres y la Superior (873) con otros dos.

Oficina de Atención

La Comisión Profesional contará, como órgano de apoyo, con una Oficina de Atención al Guardia Civil, "encargada de canalizar las propuestas remitidas por las comisiones territoriales" y de "elaborar los informes que sean sometidos a la misma", cuyo responsable nombrará el director general. El sistema de representación que se quiere poner en marcha, inspirado en el vigente en la Gendarmería francesa, otro cuerpo policial de carácter militar, se asemeja también al previsto en el proyecto de ley del Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas para los miembros de los ejércitos.

Aunque la ley de las Fuerzas Armadas se aprobará antes que la que afecta a la Guardia Civil, el sistema de representación de esta última está mucho más perfilado, pues dicho cuerpo se enfrenta desde hace años al fenómeno del sindicalismo, ausente hasta ahora de los cuarteles.

De hecho, la memoria que justifica la apertura de los nuevos cauces de representación reconoce la existencia de sindicatos clandestinos en el cuerpo, lo que achaca tanto a la actitud de gobiernos anteriores, como a "la ausencia de mecanismos que proporcionen un cauce de transmisión de propuestas e inquietudes profesionales". La utilización de vías indirectas -como las asociaciones de retirados o de cónyuges- por parte de los guardias para plantear sus reclamaciones y la interposición masiva de recursos administrativos y judiciales han convencido a la Dirección General de la Guardia Civil, según la memoria, de la necesidad de "diseñar los cauces precisos para, respetando la legalidad, dar satisfacción a una aspiración que se está extendiendo rápidamente". Los nuevos órganos, agrega el documento, han sido pensados "para canalizar las quejas y peticiones de los miembros del cuerpo sin interferir en el mantenimiento de su estructura jerárquica y su naturaleza militar".

Tras calificar la propuesta de "prudente y mesurada" y señalar que la misma "pretende satisfacer una aspiración generalizada sin alterar el régimen legal ni el funcionamiento de la institución", el texto advierte que, una vez implantado el nuevo sistema, se actuará "con decisión y rigor contra quienes pretendan utilizar procedimientos distintos a los establecidos".