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LA TERRAZA

"Creo que mis padres no comprenden mis tebeos"

Este chico sabe aprovechar el tiempo. Con sólo un cuarto de siglo de vida y mientras termina su tesis doctoral en Bellas Artes, Juaco Vizuete (Alicante, 30 de octubre de 1972), encuentra tiempo para realizar exposiciones sobre su peculiar visión de algo tan cotidiano como la construcción del Puente de Calatrava de Valencia. Pero sobre todo, Juaco se dedica a deleitar periódicamente a quienes comparten su cínica visión de la vida con las entregas de El Resentido, título de la serie de cuatro mini-álbumes que ha publicado en la colección Brut Comix de la editorial La Cúpula. Lo de pintar le viene de familia: su madre y su abuela pintan y su padre es aparejador. Su segundo premio en el concurso de cómic de la revista Víbora en 1996 le valió para consolidar las aventuras de un pobre diablo feo y con serios problemas de acné, tímido redomado y con los trastornos hormonales de cualquier adolescente medio. El Resentido no es un tarado ni un freak, asegura su autor. El Resentido, mire por donde, podría ser usted con diecisiete años. Pregunta. ¿Qué es el cómic underground? Respuesta. Si por underground se entiende ediciones cortas, una difusión no muy mayoritaria y que los autores apuestan por hacer lo que les viene en gana, el underground es prácticamente todo lo que se edita actualmente en España. Lo que yo entiendo por cómic underground no lo tengo muy claro. El trabajo que hago lo han puesto como que lo era, pero la temática de mi trabajo tampoco me parece que sea muy underground por los contenidos que se supone que debe tener de sexo, de violencia... P. Usted estudió Bellas Artes. ¿Es el cómic un arte? R. Una conclusión que me he traído de Bellas Artes es que lo que se concibe como arte varía de una forma escandalosísima, y cada vez más. Me parece que arte se puede hacer a partir de cualquier medio, y según se manipule el medio, es arte o no es arte. De hecho yo, leyendo cómics, he disfrutado tanto como visitando un museo o viendo una gran película. Por ese punto me parece que sí puede serlo, pero que el medio en sí sea arte, no lo sé. P. Además de dibujar cómics, usted pinta. ¿Va a seguir centrado en el cómic o va a explorar esa otra vía? R. Ahora estoy más centrado en el cómic. Pienso seguir un poco porque cuando más te metes en una historia más partido le vas sacando, más te pones a pensar en lo que haces y te entra el gusanillo porque partes de lo que vas consolidando poco a poco. Por otra parte, lo que hago exactamente no es pintura. Pintar, no he pintado mucho, es más bien dibujo, pero tomado de una forma mucho más libre. Es una forma mucho más espontánea de dibujo, que en los cómics está un poco travestido, porque ya parto de los apuntes que he tomado del natural, que se me han quedado en la memoria y eso se refleja en los cómics. P. ¿De dónde sale su personaje más famoso, El Resentido? R. De El Resentido me salió primero el aspecto gráfico y luego me sugirió la historia. Me parece que está basada en la figura de Woody Bradley, en ese tipo de caricatura, y también en Albertito, de Chaland. Como me parecía bastante abierto, lo fui llenando de un montón de cosas, que son experiencias mías, de colegas, de chascarrillos, de cosas que pasan por ahí. P. ¿Tiene El Resentido entonces algo de autobiográfico? R.Tiene cosas, pero no es un tebeo descaradamente autobiográfico. Se trata de meter un poco de todo y dejar salir algunas cosas mías. P. El Resentido, ¿es un freak o un chaval demasiado tímido? R. Es que yo lo del freak no termino de entenderlo. A lo mejor yo soy un freak y no lo sé, pero me parece que no, y mis amigos tampoco. Siempre te dicen: "ese tío es un freak" y ves a un chaval, sobre todo, muy tímido, y que tiene alguna afición con la que apoyar esa timidez: leer tebeos o escuchar música rock. Yo creo que en mayor o menor grado todo el mundo viene a cumplir ese requisito. Yo El Resentido no me lo planteé como un freak y luego la gente me ha dicho: "es que has hecho la típica figura de un freak, un tío raro, al que le pegan en clase y no se qué no sé cuantos", y yo no partía de ese supuesto. P. ¿Y de qué supuesto partía? R. La primera historia es el típico rebote de la adolescencia. Yo lo he pasado y la gente con la que he hablado me dicen que también. Es el típico rebote porque no ligas, por la timidez y porque las tías en la adolescencia están mucho más subidas al burro que los tíos, que andan con más miedo, y todos los follones. Es el típico rebote con el tío y la tía que ligan mucho. La historia era básicamente eso: El Resentido se mosquea con todos y se los carga, sin ninguna comida de bola más. Lo que pasa es que a partir de ahí se ha ido complicando. P. Usted utiliza un recurso, que es partir por la mitad su relato con historias que poco tienen que ver con la trama principal. ¿No cree que eso puede romper la tensión dramática? R. De hecho, la rompe. Fue un experimento que ya no me acuerdo por qué hice en el primer número. Quería meter una idea de complemento, un personaje que contrastase literalmente con el de El Resentido, porque éste es un chaval pobrecico de la vida y el otro alguien que triunfa estrepitosamente. Claro, quería meter un contraste, pero meterlo dentro fue un poco... Creo que con eso pierde bastante hilación la historia. P. ¿Cuánta importancia tiene el surrealismo en su obra? R. La palabra surrealista se usa para un montón de cosas, y más que lo surrealista me interesa algo que se puede entender por surrealismo, que es la pérdida de la realidad en medio de los sueños y de lo que uno desea y lo que obtiene en realidad. P. ¿Va a continuar con El Resentido o trabaja en otros proyectos? R. Los libritos de El Resentido los he llevado muy al día y no sé si voy a continuar porque todavía no me he puesto con más historias de El Resentido. Cuando me ponga veré si puedo seguir el hilo, porque siempre ha funcionado así: yo me lo leo y digo: "ah, mira, pues por ahí lo continúo". No lo tengo claro, pero el personaje me continúa interesando. Luego, aparte me gustaría probar otra cosa y cambiar, sobre todo, de tipo de formato y de historia. P. Al final del tercer álbum, El Resentido vuela por los aires a sus compañeros de residencia al grito de "¡puta juventud!". ¿Cómo ve a sus compañeros de generación? R. Mis tebeos no son críticos con la gente, sino que van en contra de la visión que se tiene de la gente de nuestra generación, que a veces es un poco absurda. A mí me revientan, por ejemplo, anuncios de televisión como los de Heineken. Me ponen muy nervioso los chicos que van a tocar y el mánager y todas esas tonterías. Ese supuesto altruismo y por otra parte escepticismo que se supone que tenemos me parece bastante malo. Se nos ha tratado bastante malamente. Me imagino que somos una gente a la que resulta bastante difícil venderle las cosas y ahora se han salido con la suya, porque te pones borde y te dicen: "muy bien, chaval, qué borde eres", y por ahí te captan. P. ¿Es la sociedad de hoy en día superficial? R. No. Teniendo en cuenta que la sociedad somos todos, no es superficial. Lo que pasa es que está empezando a ser más práctica, y eso está muy bien. La gente se quiere buscar un sitio y sus garbanzos y me parece normal que la gente vaya a lo práctico y no se ande por las ramas. Pero eso no es ser superficial, sino ponerse al curro sin tantas coartadas como se podría hacer en otras épocas. P. ¿Tiene usted un sentido del humor tan negro en la vida real como el que refleja en sus cómics? R. A veces lo tengo nefasto, pero creo que por lo general no. Yo creo que con lo que más me cabreo es con la tele, ahí me sale la vena más chunga. P. ¿Qué opinan sus padres de sus tebeos? R. Leyeron el primer número y me dio la impresión de que no lo comprendían muy bien, que se quedaron un poco en verlo y comentar: "pues aquí salen algunos desnudos y aquí unas cosas muy raras y éste le destroza la cabeza al otro, ¿por qué?". Me parece que se han quedado un poco en ese asunto, que tampoco se han parado a leerlos demasiado. P. Los diálogos de sus tebeos demuestran que posee una formación filosófica. ¿Qué lee usted? R. Leo muchos tebeos y me gusta leer literatura, pero no estoy decantado por un tipo de literatura en particular. P. ¿Qué está usted leyendo ahora? R. Ahora me estoy leyendo A sangre fría, de Truman Capote. Cortázar me gusta mucho. También la ciencia ficción. De filosofía no leo mucho. De hecho, en COU me copié todo el curso de Filosofía, o sea que no se me quedó mucho. Lo que puede parecer más filosófico en mis cómics son cosas que se me ocurren. P. ¿Los dibujos animados, hasta los aparentemente inocentes como los de la Warner, tienen una parte de locura y maldad? R.Yo creo que los niños no se lo han pasado en la puñetera vida mejor que viendo los dibujos de la Warner. Los dibujos tienen una narración y una estética visual que son muy formativas para los chavales. A mí me parecen maliciosos, pero me parece cojonudo que lo sean.

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