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LA PLAYA

Playa virgen con enseña azul

Aunque parezca increíble, en la costa alicantina todavía existen playas vírgenes donde la sombra de los edificios no se proyecta sobre el agua. Les Pesqueres-El Rebollo, con 1.360 metros de longitud de fina arena, es uno de eso pocos espacios naturales que ofrece a los bañistas servicios mínimos sin alterar el entorno, lo que le permite incluso obtener una bandera azul de calidad. Está enclavada en el sur del término municipal de Elche, al lado de la playa nudista de Els Pussals, en Guardamar. La anchura de la playa oscila entre los 60 y 80 metros cuadrados. La arena, no obstante, se prolonga de forma irregular mucho más allá de esta distancia en un sistema dunar que se pierde en una gran pinada. La arboleda se plantó precisamente a principios de siglo para frenar el avance de la arena La dimensiones de esta playa y la distancia que la separa de las grandes poblaciones turísticas permite a los bañistas disfrutar de un gran especio natural sin apretujones. Los usuarios principales de este entorno son familias de clase media procedentes en su mayoría de las comarcas del Vinalopó, aunque a esta playa también acuden numerosos extranjeros afincados en la cercana localidad de San Fulgencio y amantes de la naturaleza que valoran las características paisajísticas de la zona. Los chiringuitos instalados a pocos metros de la playa permiten a los usuarios tomar un refresco tras largas horas de baño. La playa cambia de paisaje durante los fines de semana de julio y agosto. Esos días, por la saturación de las playas de los alrededores, muchas personas acuden masivamente a este punto de la costa en busca de un lugar donde extender la toalla, aún así los visitantes tienen espacio incluso para jugar a las palas. Les Pesqueres-El Rebollo es una playa abierta al mar, por lo que se recomienda a los bañistas que respeten especialmente las señalizaciones y las recomendaciones de los socorristas. La bandera roja significa en muchas ocasiones la existencia de corrientes marinas, y aunque aparentemente el estado de la mar pueda parecer inofensivo para el nadador aguerrido, en muchos casos adentrarse en el agua puede convertirse en una trampa mortal.

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