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VERANO 98

Asignatura: el fútbol

El ex jugador Ramón enseña el "deporte rey" a niños en Chipiona

Su vestimenta les delata. Bajo los petos amarillo o verde, las camisetas del Barcelona, Real Madrid, Betis, Sevilla, Milán o España. Son las elásticas y los escudos que de mayor desearían lucir ante 100.000 espectadores. De momento 63 niños de entre 8 y 14 años procedentes de toda Andalucía son felices siguiendo las indicaciones de un ex futbolista que conoce por experiencia como desenvolverse en ese tipo de situaciones. Ramón Vázquez, historia reciente del Sevilla, parece enseñarles el camino desde el centro del campo del albergue juvenil de Chipiona colocándoles en las respectivas posiciones, aunque no muy convencido de lograrlo: "Me hacen poco caso". Con todo numerosos detalles desvelan que la felicidad es recíproca y que sus lamentos son infundados. Ramón canta los goles de los chavales, hace las veces de árbitro, interrumpe el juego para pedirles que no chupen demasiado, y no es ajeno a ninguna incidencia sobre el alvero que también le vio nacer a él como futbolista en su localidad natal de Alcalá de Guadaira. "Para mí es una experiencia nueva que me reporta experiencia para ser más completo", termina por reconocerlo, al tiempo que confiesa que éste puede ser un paso previo para dedicarse en el futuro a labores de entrenador profesional. Desde el pasado martes y hasta que el jueves termine el campamento organizado por la empresa Inturjoven del Instituto Andaluz de la Juventud, Ramón asegura que les va a enseñar los conceptos básicos que ya imparte en la escuela que ha creado en su pueblo. "Sobre todo les insisto en que se diviertan, que se harten de jugar sin presión por el resultado", predica Ramón, que se reconoce satisfecho de que con el deporte se desvíen de los caminos oscuros que también ofrece la vida. La mayoría de los pibes no le han visto jugar y lo lamentan. "Pero tuvo que ser muy bueno porque mira la señal que le ha quedado", señala con el dedo uno de los chavales a la cicatriz que recuerda a Ramón la lesión que le retiró 5 años atrás prematuramente del fútbol. En medio de este mundo de hombres, irrumpe Ana, una chica de 12 años, que con seis goles está bien situada en la lista de máximos realizadores y que a la vez que idolatra al brasileño del Madrid Roberto Carlos, dice sentir, con pasmosa madurez, vergüenza ajena de algunos chicos. Les critica abiertamente por los piropos y por las "caras de bobos" que se les queda cuando ven pasar a una joven veinteañera que en el albergue parece haberse convertido en la sensación del verano. Al margen de anécdotas, los niños disfrutan por la tarde de una oferta variada con actividades de tirolina, tiro con arco, piscina, talleres y manualidades, que coordina directamente Almudena Gómez, directora del campamento, por el que los padres han desembolsado unas 34.000 pesetas. Ramón vuelve a hacer un corrillo y persevera en sus consejos. Les queda algo que aprender, según Ramón. "Deben demostrar lo que cada uno lleva dentro, sin perder su propia identidad pero acogiéndose a la disciplina de los propios esquemas", sentencia sabedor de que sus consejos para que se conviertan en futuras estrellas sobre un terreno de juego son también aplicables al vivir diario. "Y que no se olviden de los estudios", concluye.

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