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Un líder de la derecha francesa denuncia el pacto con Le Pen

La derecha francesa no ha cesado aún de autodestruirse. Ayer, ante las cámaras de televisión, en directo, Gilles de Robien, alcalde de Amiens, diputado liberal, ex vicepresidente de la Asamblea Nacional y ex presidente del grupo parlamentario de la UDF (liberales, centristas y demócratacristianos), rompió su carné de militante de la Democracia Liberal (DL), porque este partido acaba de admitir en su seno al presidente de la región Languedoc-Rosellón, Jacques Blanc, elegido con los votos del ultraderechista Frente Nacional."No me queda nada que hacer dentro de un grupo que no conserva ningún ideal republicano", dijo De Robien, mientras extraía unas tijeras del bolsillo para cortar en varios pedazos su carné de plástico.

El gesto de protesta de un líder de la derecha, popular por haber puesto en pie, en 1995, una ley que ayudaba a la creación de empleo, es uno más de los muchos que se suceden después de la inesperada derrota en las legislativas anticipadas de 1997, que permitió el acceso a la presidencia del Gobierno francés al partido socialista encabezado por Lionel Jospin.

Desde entonces, el discurso del FN se ha convertido en referencia del debate interno de la derecha democrática. De Robien comparó la alianza con la ultraderecha a los ciclistas que se drogan. "La droga puede parecer beneficiosa durante un breve instante, pero es mortal a la larga, y será mortal para la oposición correr detrás del FN".

El dimisionario militante atacó con dureza al líder de la DL, Alain Madelin, al que calificó como "uno de los tres monaguillos del coro de Le Pen", siendo los otros dos Burno Négret, delegado general del FN, y Charles Millon, presidente de la región Ródano-Alpes.

Acabar con la hipocresía

El portavoz de la DL, Laurent Dominati, defendió el ingreso en su formación de Jacques Blanc diciendo que "hay que acabar con la hipocresía. Tenemos que prepararnos para ser una alternativa al actual Gobierno socialista. Y eso comporta adoptar una lógica de unión y no otra de exclusión para con nuestros aliados naturales".Dominati no incluye entre los citados "aliados naturales" a las otras familias de la UDF, una federación de partidos cuyo ex presidente, François Léotard, está siendo perseguido ante la justicia por sus antiguos socios, entre ellos Alain Madelin, para hacer recaer sobre él toda la responsabilidad de un confuso asunto de blanqueo de dinero que afectaba, al parecer, a la financiación de su formación política.

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"Antes de las vacaciones se dijo que la oposición había tocado fondo, pero el ingreso de Blanc en la Democracia Liberal prueba que aún seguimos en la pendiente", concluyó De Robien.

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