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Kohl dice que abandonará la presidencia de la CDU si pierde

El canciller Helmut Kohl anunció que renunciará a la presidencia del partido demócratacristiano (CDU) si sale derrotado en las elecciones del 27 de septiembre. Para evitarlo, Kohl se aferra a la reforma tributaria como gran oferta electoral."Es el proyecto clave para el futuro", señaló ayer Kohl al inaugurar la rueda de prensa que sirvió de marco a la presentación de la tercera y última parte de la plataforma electoral de los partidos políticos cristianos. Con la reducción del punto mínimo del impuesto sobre la renta del 25,9% al 15%, y bajando del 53% al 39 % el máximo, el presidente de los socialcristianos de Baviera, el ministro de Hacienda Theo Waigel dejará 30.000 millones de marcos, unos 2,5 billones de pesetas en el bolsillo de los contribuyentes y de las empresas.

Con 4,1 millones de personas en paro, la política laboral es el talón de Aquiles del Gobierno de Kohl. Por ello, el canciller insistió en que la principal tarea de la política interior es la creación de empleo, afirmando que ya se han visto resultados positivos. Igualmente prometió reducir a menos de cuatro millones, en lo que resta del año, el número de parados.

En la política exterior alemana, desde hace más de tres décadas parcela exclusiva de los liberales, socios de los cristianos en el Gobierno, los partidos CDU y CSU exigen que la Unión Europea se concentre en tareas que "puedan ser resueltas sólo a nivel europeo", como en la política de exteriores y de seguridad.

Los socialdemócratas reaccionaron a través de su presidente, el primer ministro del Sarre, Oskar Lafontaine. "Con las propuestas de los cristianodemócratas y socialcristianos de Baviera no se puede lograr el auge en la creación de empleo", dijo. "Antes de cada elección Kohl ha prometido no aumentar los impuestos; después ha hecho todo lo contrario", recordó el presidente de los socialdemócratas que siguen aventajando en las encuestas (43,8%) a los cristianodemócratas (33%).

Freno a la inmigración

Frente a los emigrantes los conservadores proponen establecer límites estrechos al máximo para frenar la corriente de extranjeros que buscan establecerse en Alemania. El presidente de los cristianos de Baviera enfatizó una vez más que "Alemania no es un país de inmigración", frase que no está contenida en el texto de la plataforma en la que sí se afirma que "Alemania es un país abierto al mundo y hospitalario". Según el programa, se tendrá mano dura frente a los inmigrantes ilegales, quienes recibirán alimentos, techo y atención médica, pero en nigún caso dinero, hasta que sean devueltos a sus países de origen.Sobre el derecho al asilo, exige una justa distribución de las cargas entre los países europeos. Igualmente la cúpula cristiana impartió un no rotundo a la doble nacionalidad; quien quiera adquirir la alemana tendrá que renunciar a la original y dominar el idioma alemán, dijo el jefe de los socialcristianos bávaros.

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